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CBDCs y el futuro económico de España: ¿vigilancia o libertad financiera?

El reciente Foro Económico de Madrid 2025 trascendió el mero análisis económico para convertirse en un reflejo del cambiante panorama sociopolítico español. Un tema central dominó las discusiones: el equilibrio entre la conveniencia digital y la libertad financiera, especialmente en el contexto de las Monedas Digitales de Banco Central (CBDCs), la vigilancia estatal y las políticas económicas actuales.

Un foro de relevancia y voces influyentes

Con la asistencia de más de 7.000 personas y el apoyo de Bit2Me, el evento congregó a figuras económicas, emprendedores y analistas de primer nivel. Las conversaciones no se limitaron a la economía, abordando también la cultura, la política y la conceptualización de futuro, la protección de la libertad y cómo se acumula y transfiere valor.

Entre los ponentes destacaron personalidades como Javier Milei, presidente de Argentina; el economista Daniel Lacalle; el líder tecnológico Marc Vidal; el emprendedor Martín Varsavsky; el analista político Agustín Laje; el economista Juan Ramón Rallo; y figuras públicas españolas como Esperanza Aguirre y Albert Rivera. Esta diversidad de perspectivas ofreció una visión integral de la economía española y de los dilemas políticos y culturales más acuciantes de hoy.

La preocupación por las CBDCs: ¿innovación o control?

En medio de debates sobre políticas económicas, pensiones, seguridad y activos digitales, el tema de las CBDCs emergió con especial fuerza, y no precisamente con un tono celebratorio. Marc Vidal emitió una clara advertencia:

“Las CBDCs no son innovación financiera. Son un instrumento potencial de control. Y en muchos sentidos, representan exactamente lo contrario de lo que defiende el ecosistema criptográfico: libertad individual, descentralización y privacidad.”

Sus declaraciones resonaron profundamente entre la audiencia, compuesta no solo por economistas y líderes empresariales, sino también por politólogos, periodistas, analistas y profesionales que han observado y moldeado la evolución de España durante décadas.

Contrariamente, en América Latina, países como Argentina, Brasil, Colombia y Venezuela están adoptando activos digitales descentralizados, criptomonedas, stablecoins y sistemas de pago alternativos. Esta tendencia se observa como respuesta a la inflación crónica, la desconfianza en las monedas nacionales y la necesidad de preservar la libertad financiera. En estas regiones, millones de ciudadanos utilizan a diario estas herramientas como reserva de valor y medio de intercambio, en un entorno donde la intensa regulación europea sería casi inimaginable.

Del “milagro español” a la vigilancia digital

Martín Varsavsky, emprendedor internacional con una trayectoria marcada por éxitos y desafíos, elogió a España como un país donde se puede vivir, innovar y prosperar. Sin embargo, advirtió sobre la inminencia de un cambio. Varsavsky recordó cómo la España de los años 90 estaba en plena transformación, construyendo infraestructuras y modernizando su economía, pero en un contexto menos digitalizado y, en ciertos aspectos, más libre a nivel personal.

Hoy, la tecnología ha transformado el paisaje. Las CBDCs, presentadas como facilitadoras de pagos y modernizadoras del sistema financiero, conllevan la perturbadora posibilidad de que cada transacción pueda ser monitoreada, rastreada o incluso condicionada por decisiones políticas.

“Esto no es ciencia ficción”, enfatizó Vidal. “Es un riesgo real, ya evidente en programas piloto en otros países. Y España, como parte de la eurozona, no es inmune a esta tendencia.”

El costo del control: política fiscal y emprendimiento en España

En un foro que celebró la libertad que ofrecen los activos y el emprendimiento digital, el mensaje fue inequívoco: las CBDCs podrían convertirse en un “caballo de Troya” hacia un sistema financiero más centralizado y vigilado.

España, aunque más abierta y conectada, sigue lidiando con una aversión al riesgo, un entorno fiscal y regulatorio que penaliza la iniciativa privada, y una cultura política que no ha sabido ni querido fomentar la creación de riqueza.

Un ejemplo claro es la intensificación del escrutinio fiscal sobre emprendedores, autónomos y empresas. Las auditorías e inspecciones pueden implicar revisiones exhaustivas de registros financieros, con multas severas y posibilidad de procesamiento penal en casos graves. La Agencia Tributaria ha puesto su foco en operaciones corporativas complejas, facturación irregular, métodos de pago no estándar, el uso de criptomonedas, transacciones offshore y el uso de neobancos digitales, lo que a menudo desata una atención regulatoria desproporcionada.

La dicotomía entre libertad y control, como señalaron varios ponentes, es, pues, más relevante que nunca.

Europa: el “elefante en la habitación”

El debate se amplió para incluir el propio proyecto europeo. Políticos, analistas y líderes empresariales coincidieron en que Europa, y particularmente su flanco sur (España, Italia, Grecia, Portugal), no está generando suficiente riqueza ni las condiciones para competir en un mundo en rápida aceleración.

La unión monetaria, otrora un motor de prosperidad, se percibe ahora como un corsé que impide a los países del sur aplicar políticas monetarias propias para estimular el crecimiento. Mientras tanto, la sobrerregulación, el aumento de impuestos y la fragmentación burocrática siguen limitando la innovación y la expansión económica.

Según Daniel Lacalle y Pedro Buerbaum, lo más preocupante es la casi total ausencia de una cultura de emprendimiento, asunción de riesgos y creación de riqueza en el sur de Europa. Una cultura empresarial asfixiada por el miedo al fracaso, un entorno fiscal hostil y décadas de retórica política que ha demonizado al emprendedor. “¿Cómo se puede construir prosperidad cuando quienes crean empleo son más penalizados que quienes lo destruyen?”, preguntó un orador, generando un aplauso unánime.

El contraste argentino: un modelo divergente

En este contexto, el discurso final de Javier Milei, presidente de Argentina, ofreció una dosis de realidad contundente. Milei no solo reiteró sus críticas al socialismo, sino que presentó datos concretos:

  • Una reducción real del gasto público del 35%.
  • Eliminación de regulaciones obsoletas y simplificación fiscal.
  • Logro de un superávit financiero récord por primera vez en décadas.
  • Creciente confianza de inversores internacionales.
  • Un cambio cultural que, en sus palabras, “ha devuelto la esperanza a los argentinos y la dignidad de prosperar sin el yugo del Estado”.

Su mensaje resonó en una audiencia frustrada por los interminables debates estériles de Europa, su Declive competitivo y la asfixia de su tejido productivo.

La pregunta clave que flotaba en el ambiente fue: ¿lograrán España y Europa recuperar su dinamismo, o seguirán a la deriva hacia un modelo de control y estancamiento, mientras otras regiones del mundo abrazan la libertad económica como motor de prosperidad?

El Foro Económico de Madrid 2025 dejó claro que este debate ya no es ideológico, sino existencial. Y comienza a escucharse incluso en los círculos más pragmáticos del poder político y económico.

Los ponentes también transmitieron un mensaje claro a los ciudadanos: en un entorno cada vez más incierto y controlado, es fundamental cultivar el pensamiento crítico, buscar información rigurosa, atreverse a emprender y tomar las riendas del propio futuro económico. No basta con esperar reformas desde arriba; la prosperidad de una nación se construye también a través de la iniciativa privada, la capacidad de generar y acumular riqueza, y el ejercicio consciente de la libertad individual. Porque sin ciudadanos libres y activos, ningún cambio estructural será jamás posible.

Y quizás ahí radique la mayor esperanza para España. Una nueva generación, equipada con tecnología, redes globales y una comprensión más aguda de cómo se entrelazan la libertad y la prosperidad, ya no está dispuesta a aceptar el antiguo modelo de control y estancamiento. Están construyendo, innovando y empujando en contra de narrativas que equiparan seguridad con vigilancia o progreso con burocracia. El Foro Económico de Madrid 2025 fue un reflejo de este cambio, no solo en lo que se dijo en el escenario, sino en la energía de las voces más jóvenes en la sala. El mensaje fue inequívoco: España está lista para el cambio. Y esta vez, el impulso viene desde abajo.