La senadora Elizabeth Warren ha manifestado su preocupación ante la nueva legislación de criptomonedas impulsada por la administración del presidente Donald Trump, conocida como Acta GENIUS. Warren advierte que esta normativa podría replicar errores que llevaron a la crisis financiera de 2008, según informes de Vanity Fair. La senadora sostiene que la ley fue modelada principalmente por intereses de la industria cripto, en lugar de priorizar el bienestar público, y teme que los ciudadanos estadounidenses sean quienes asuman las consecuencias.
Influencia de la industria en el Acta GENIUS
Según la perspectiva de Warren, el proyecto de ley fue concebido por personalidades influyentes del sector cripto, motivados por la protección de sus beneficios. La senadora destacó la emisión de memecoins como Official Trump y Melania, así como una stablecoin anclada al dólar, por parte de empresas vinculadas a la familia Trump, simultáneamente a la promoción de una menor regulación. Datos de Forbes indican que las ganancias cripto del presidente superaron los mil millones de dólares en junio, el mayor ingreso de cualquiera de sus iniciativas. Warren también señaló la disolución de la unidad de aplicación de criptomonedas del Departamento de Justicia, lo que, a su juicio, facilitó la influencia de la industria en la redacción de la normativa.
“Donald Trump está utilizando la presidencia para enriquecerse a través de las criptomonedas, y lo hace a plena vista”, afirmó Warren.
Abogados y lobistas del sector cripto mantuvieron un acceso directo a los legisladores, contribuyendo a la formulación de un lenguaje legal que favorece a los grandes emisores en detrimento de la protección al consumidor. Warren advirtió que esta configuración otorga un poder excesivo a un grupo reducido, con escasas oportunidades para la intervención del Congreso o de las autoridades reguladoras.
Ecos históricos y posibles repercusiones
La senadora Warren estableció un paralelismo directo con la Ley de Modernización de Futuros de Commodities de 2000, cuya desregulación de derivados extrabursátiles contribuyó a desatar la crisis financiera de 2008. Recordó que dicha crisis resultó en la pérdida de hogares, empleos y ahorros para diez millones de familias estadounidenses. “Cuando Washington trabaja para industrias como esta”, declaró, “unas pocas personas se hacen muy ricas, y el pueblo estadounidense paga el precio”. El argumento central de Warren es que delegar la redacción de legislación a la misma industria que debe ser supervisada rara vez resulta positivo.
A pesar de las críticas, el Acta GENIUS incorpora algunas disposiciones más estrictas. Entre ellas, obliga a los emisores de stablecoins a mantener reservas de alta calidad y a someterse a auditorías periódicas. Tether, el token anclado al USD más grande, ya ha incrementado sus reservas para cumplir con los nuevos requisitos. No obstante, historiadores financieros advierten que incluso normativas rigurosas pueden fallar si los mecanismos de control y equilibrio desaparecen.
Por otro lado, algunos economistas sugieren que el Acta GENIUS podría fragmentar el sistema monetario estadounidense en un mosaico de monedas privadas, evocando el caos de la Era de la Banca Libre, cuando los bancos emitían sus propias notas y las redes de pago colapsaban. En el escenario actual, gigantes tecnológicos como Walmart o Amazon podrían lanzar sus propias monedas de marca, eludiendo a los bancos y las redes de tarjetas. Esto podría resultar en la coexistencia de cientos de “dólares privados”, cada uno con su propio riesgo de fallo.