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Desplome criptográfico: análisis del ‘viernes negro’ y la pérdida de $19.5 mil millones

El “viernes negro” en el sector cripto: un colapso sin precedentes

El mercado de criptomonedas experimentó una de sus jornadas más turbulentas en años durante los días 10 y 11 de octubre de 2025, un evento que la comunidad ha bautizado como el “viernes negro criptográfico”. En este episodio crítico, se liquidaron más de $19.5 mil millones en posiciones apalancadas en tan solo unas horas, provocando una caída del 8.4% en el precio de Bitcoin (BTC) y sembrando la incertidumbre entre los inversores globales.

Lo que inicialmente se percibió como una reacción a los aranceles del 100% impuestos por Estados Unidos a productos chinos, rápidamente reveló debilidades estructurales más profundas dentro del ecosistema. La combinación de un comercio automatizado desenfrenado, una liquidez deficiente y fallos técnicos se conjugaron para desencadenar una reacción en cadena que afectó a la mayoría de los exchanges.

Factores desencadenantes de la venta masiva

Los primeros indicios del inminente colapso surgieron tras el anuncio de nuevos y elevados aranceles sobre las importaciones chinas. Esta medida intensificó los temores de una posible inflación global y una política monetaria más restrictiva por parte de la Reserva Federal. En respuesta, los traders comenzaron a desmantelar posiciones de riesgo, lo que generó liquidaciones aceleradas en activos digitales clave como Bitcoin (BTC), Ethereum (ETH), Wrapped Beacon ETH (WBETH) y Solana (BNSOL), esta última basada en Binance Smart Chain.

Sin embargo, la preocupación geopolítica por sí sola no explica la magnitud y rapidez de la desaparición de miles de millones de dólares. Según análisis posteriores, fueron los factores técnicos y estructurales los que amplificaron drásticamente el evento:

  • Baja liquidez: La disponibilidad de liquidez en los exchanges era inusualmente escasa. Algunos usuarios de Binance incluso reportaron el congelamiento de sus cuentas durante el apogeo de la venta masiva.
  • Préstamos de alto apalancamiento: El uso extensivo de préstamos apalancados y un desvínculo temporal de la stablecoin USDE agravaron la situación, creando una cascada imparable de ventas forzadas. Binance, posteriormente, reconoció problemas en su sistema y ofreció compensaciones a los usuarios afectados.

Impacto y amplificación por fallos técnicos

Durante la convulsión del mercado, varias fallas técnicas jugaron un papel crucial en la expansión del pánico y la volatilidad:

  • Ataque a CoinGlass: Según un informe de BeinCrypto, el popular sitio de análisis CoinGlass sufrió un sofisticado ataque de proxy que, aunque breve, interrumpió el acceso a sus datos. Esta interrupción añadió confusión en un momento donde los operadores necesitaban información en tiempo real.
  • Fallas en oráculos: Coincidentemente, se registraron transacciones inusualmente grandes poco antes de varias actualizaciones de oráculos. Estos sistemas, que alimentan los precios del mundo real a los contratos inteligentes de blockchain, subestimaron temporalmente ciertos activos. Este error de fijación de precios desencadenó liquidaciones automáticas en múltiples pares comerciales y provocó que algunas stablecoins perdieran temporalmente su paridad.

En cuestión de minutos, se movieron millones de dólares entre distintos exchanges a medida que los sistemas automatizados reaccionaban a la volatilidad, intensificando aún más la caída del mercado.

¿Manipulación del mercado o reacción natural?

La naturaleza del “viernes negro criptográfico” ha provocado un intenso debate. No todos los analistas coinciden en que se trató de un colapso orgánico.

Algunos expertos sugieren que los patrones de negociación observados y el momento preciso de las actualizaciones de los oráculos podrían indicar una manipulación deliberada. Se ha señalado que las desvinculaciones más extremas se produjeron en pares con calendarios de actualización conocidos, y que se abrieron posiciones cortas a gran escala justo antes del inicio de las cascadas de liquidación. Esta perspectiva plantea la posibilidad de que ciertos actores del mercado hayan explotado vulnerabilidades sistémicas, utilizando algoritmos y mecanismos de apalancamiento para inducir la volatilidad.

Sin embargo, otros especialistas argumentan que el evento fue simplemente la consecuencia de un mercado sobreapalancado y con poca profundidad que reaccionó a un estrés externo. En un contexto donde los traders asumen niveles excesivos de deuda y el sentimiento del mercado cambia abruptamente, las liquidaciones en cascada pueden ocurrir de forma natural. A pesar de esto, la sincronización de las liquidaciones en múltiples exchanges sigue alimentando la discusión sobre posibles manipulaciones o fallas de diseño.

Lecciones aprendidas y desafíos futuros

El “viernes negro criptográfico” ha resaltado la fragilidad inherente del ecosistema de activos digitales, incluso a pesar de su crecimiento y expansión. La pérdida de $19.5 mil millones en tan poco tiempo demuestra la rapidez con la que el riesgo puede propagarse cuando los sistemas dependen en gran medida del apalancamiento, el comercio automatizado y fondos de liquidez opacos.

En respuesta, exchanges como Binance han iniciado auditorías internas y han prometido mejorar la transparencia. No obstante, los expertos advierten que estas son soluciones parciales. El verdadero desafío reside en rediseñar los sistemas centrales, abordando aspectos clave como la gestión del apalancamiento, la confiabilidad de los oráculos y la distribución de la liquidez en los mercados.

Este incidente ha provocado una renovada demanda de una supervisión más robusta y el establecimiento de estándares globales para la gestión del riesgo en el ámbito criptográfico. Para que un mercado valorado en billones de dólares alcance una verdadera madurez, es esencial equilibrar la innovación con salvaguardas más sólidas que protejan contra choques sistémicos y manipulaciones sofisticadas.