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Bancos aplican tácticas anticompetitivas contra fintech y cripto, según a16z

Alerta de «Chokepoint 3.0»: una nueva era de restricciones bancarias

Las principales entidades bancarias están implementando medidas que complican y encarecen el acceso de los consumidores a aplicaciones de tecnología financiera (fintech) y criptoactivos. Esta situación, descrita por Alex Rampell, socio general en la firma de capital de riesgo Andreessen Horowitz (a16z), se asemeja a una etapa que ha denominado como «Operation Chokepoint 3.0».

En su reciente boletín sobre fintech, Rampell señaló que las instituciones financieras tradicionales están cobrando tarifas elevadas por el acceso a datos de cuentas o por la transferencia de fondos, especialmente hacia servicios como Coinbase o Robinhood. Esta estrategia se percibe como un intento de limitar la competencia en el sector.

«Durante la administración Biden, la Operación Chokepoint 2.0 buscó desbancar y desplatformar a las empresas cripto», explicó Rampell. «Esa era ha concluido, pero ahora los bancos están orientados a implementar su propia Chokepoint 3.0 —imponiendo tarifas exageradamente altas para acceder a datos o transferir dinero a aplicaciones cripto y fintech— y, más preocupante aún, bloqueando las aplicaciones cripto y fintech que no les agradan», añadió.

Chokepoint 2.0 se refiere específicamente a la exclusión bancaria de negocios y ejecutivos del sector cripto, producto de presiones regulatorias ejercidas por entidades como la Federal Deposit Insurance Corp (FDIC) durante la administración del presidente Joe Biden. Esta fase finalizó con la elección de Donald Trump como presidente de EE. UU., ya que los reguladores revirtieron muchas de las directivas implementadas previamente.

El caso de JPMorgan Chase: control sobre datos financieros

JPMorgan Chase, uno de los bancos más grandes de Estados Unidos, fue citado como un ejemplo de estas prácticas. La legislación estadounidense vigente, particularmente la Sección 1033 de la Ley Dodd-Frank, garantiza a los consumidores el derecho a acceder a sus propios datos financieros.

Sin embargo, los bancos están asumiendo el control sobre cómo se entregan electrónicamente estos datos, llegando a cobrar por el acceso a información tan básica como números de ruta y cuenta. El ejecutivo de a16z argumentó que tales tácticas podrían encarecer la transferencia de fondos a plataformas alternativas, desincentivando a los usuarios y reduciendo la competencia.

«Si de repente cuesta $10 mover $100 a una cuenta de criptomonedas», escribió Rampell, «quizás menos personas lo harán. Y si JPM y otros pueden impedir que los consumidores conecten sus aplicaciones cripto y fintech libremente elegidas a sus cuentas bancarias, eliminan efectivamente la competencia».

Las declaraciones de Rampell resuenan con las de Tyler Winklevoss, cofundador de Gemini, quien afirmó que el cobro de JPMorgan a las plataformas fintech por el acceso a los datos bancarios de los clientes podría «llevarlas a la quiebra». «Este es el tipo de captura regulatoria flagrante que mata la innovación, perjudica al consumidor estadounidense y es perjudicial para América», expresó Winklevoss.

Respuestas y llamados a la acción

JPMorgan no ha abordado directamente estos señalamientos desde la plataforma específica, pero sí ha respondido a las críticas en general. El banco informó a Forbes que recibe casi 2 mil millones de solicitudes mensuales de datos de usuarios por parte de terceros, y que el cobro de tarifas busca evitar el uso indebido de esta información.

Por su parte, Rampell insta a la administración Trump a detener estas prácticas bancarias antes de que se conviertan en una norma en el resto de las instituciones financieras.

«En un mundo ideal, los consumidores votarían con sus carteras. Pero es probable que todos los bancos hagan esto, y obtener una nueva licencia bancaria lleva años. Muchos bancos tienen rehenes, no clientes», puntualizó Rampell.

«No necesitamos una nueva ley; solo necesitamos que la administración impida este intento insensible y manipulador de eliminar la competencia y la elección del consumidor», concluyó.