El notable desempeño de Bitcoin durante el año en curso ha sido impulsado, en gran medida, por un incremento significativo en la demanda a través de los Fondos Cotizados en Bolsa (ETF) de Bitcoin al contado y los Digital Asset Treasuries (DATs). Sin embargo, este impulso en el precio oculta una tendencia más preocupante en la infraestructura subyacente de la criptomoneda. A pesar del interés alcista en el activo, los datos disponibles sugieren que la actividad en la red de Bitcoin no ha mantenido el mismo ritmo que la demanda especulativa del activo.
Esta divergencia genera un panorama incierto para la salud a largo plazo de Bitcoin. Particularmente, preocupa la sostenibilidad de las tarifas de transacción, que constituyen el incentivo crucial para recompensar a los mineros por asegurar la red. Si estas tarifas no aumentan, el modelo económico actual de Bitcoin podría enfrentar desafíos significativos, lo que afectaría la descentralización y la resistencia a la censura.
La narrativa del “oro digital” y sus implicaciones para Bitcoin
Así como los ingresos de una empresa inciden en el valor de sus acciones, se espera que las comisiones impulsen el valor de Bitcoin. Tras el cuarto halving, ocurrido en abril de 2024, que redujo a la mitad las recompensas por bloque, las tarifas actuales representan menos del 1% de los ingresos de los mineros. Esta situación, según CoinMetrics, ha forzado a los mineros a depender cada vez más de la apreciación del precio de BTC. Si las tarifas no se incrementan para compensar la disminución de nuevas emisiones, un número considerable de mineros podría verse obligado a cesar sus operaciones después de periodos prolongados de baja rentabilidad.
Este escenario podría comprometer la descentralización y la resistencia a la censura de la red. La centralización del poder de hash ya es una preocupación, con entidades como Foundry controlando aproximadamente el 30% del poder de hash total y Antpool el 18%. Aunque los pools de minería continúan invirtiendo fuertemente en hardware para mantener su dominio, los mineros individuales luchan con la rentabilidad, a menudo liquidando sus tenencias de BTC para cubrir los costos operativos.
El desafío a largo plazo se vuelve más evidente al considerar el halving de 2028, que reducirá las recompensas por bloque a solo 1.5625 BTC. Sin ingresos por tarifas más elevados, el riesgo de una disminución en la participación de los mineros aumentará, lo que potencialmente concentrará la seguridad en un número menor de operadores. Este desafío estructural se agrava por la baja demanda de espacio en los bloques.
Baja demanda de bloques y su impacto en las tarifas
La escasez de demanda de espacio en los bloques de Bitcoin mantiene bajas las tarifas de transacción. Si bien esto facilita y abarata las transacciones para los usuarios cotidianos en la red, la demanda de Bitcoin como activo, especialmente por parte de grandes inversores institucionales, no se traduce en un aumento de las transacciones en la propia cadena de bloques. En su lugar, estos inversores suelen considerar a Bitcoin como un “oro digital” o una reserva de valor a largo plazo.
Los inversores institucionales que adquieren ETF y DATs contribuyen al precio, pero no a la actividad on-chain, lo que deja a los mineros sin los incentivos basados en tarifas necesarios para la seguridad a largo plazo de la red. Para abordar este desequilibrio, los desarrolladores están experimentando con aplicaciones nativas de BTC que podrían restaurar los ingresos por tarifas a los mineros, en lugar de desviar la actividad a otras cadenas.
Proyectos como Babylon Genesis Chain, que permite a los poseedores de BTC hacer staking con operadores para asegurar redes externas de Prueba de Participación (PoS), demuestran cómo Bitcoin podría expandir su rol más allá del almacenamiento pasivo de valor. El lanzamiento de Babylon en agosto de 2024 provocó un aumento temporal de las tarifas por encima de los 150 dólares por bloque y estimuló la demanda de espacio en los bloques. No obstante, estos picos han sido de corta duración, y los ingresos por tarifas se mantienen bajos.
Migración de actividad y la base de Bitcoin
La tendencia de la tokenización también evidencia los riesgos de una migración de la actividad a otras redes. Aunque la oferta de cbBTC de Coinbase ha crecido rápidamente, superando los 52,000 BTC en circulación (en gran parte a expensas del wBTC de BitGo), una considerable porción de esta demanda se produce fuera de la capa base de Bitcoin. Esto, a su vez, genera pocos ingresos por tarifas para los mineros.
Para que Bitcoin mantenga su actual y “elevada” valoración, CoinMetrics sostiene que el ecosistema debe encontrar maneras de estimular una actividad de red más consistente. Esto implica no solo generar una nueva demanda de espacio en los bloques, sino también recompensar adecuadamente a los mineros por su fundamental papel en la seguridad y el mantenimiento de la cadena. Sin un ajuste en el modelo de incentivos, la sostenibilidad a largo plazo de Bitcoin como una red descentralizada y segura podría verse comprometida, a pesar de su creciente popularidad como activo de inversión.