El auge de los agentes de IA y su necesidad de infraestructura abierta
Los agentes de inteligencia artificial (IA), sistemas de software autónomos diseñados para ejecutar tareas y perseguir objetivos específicos en nombre de los usuarios, están experimentando una proliferación sin precedentes. Estos asistentes digitales, que van desde gestores de agenda potenciados por GPT hasta sofisticados bots de trading, poseen la capacidad de tomar decisiones y realizar acciones de manera independiente, eliminando la necesidad de instrucciones detalladas paso a paso. A medida que su rol se expande en diversos sectores económicos, se vuelve crucial desarrollar una infraestructura robusta que facilite la comunicación, la colaboración y el intercambio comercial entre estos agentes en un entorno de mercado abierto y descentralizado.
Actualmente, gigantes tecnológicos como Google y AWS están lanzando sus propias plataformas de mercado y protocolos de comercio para agentes. Sin embargo, estas iniciativas plantean una interrogante fundamental: ¿volverán a establecer ecosistemas cerrados que limiten la autonomía de los agentes y extraigan rentas significativas de sus usuarios? La capacidad de los agentes de IA avanza rápidamente con la aparición de nuevos modelos y arquitecturas, pero la verdadera autonomía de estos sistemas podría verse comprometida si quedan confinados a entornos controlados por terceros.
Autonomía de los agentes: un cambio de paradigma en la interacción con la IA
La validez de un agente autónomo reside en su capacidad para ofrecer una experiencia de usuario radicalmente diferente, transformando el software de herramientas pasivas y reactivas en colaboradores activos y proactivos. En lugar de esperar directrices, estos agentes pueden anticipar necesidades, adaptarse a condiciones cambiantes y coordinarse con otros sistemas en tiempo real, sin requerir la intervención constante del usuario. Esta autonomía en la toma de decisiones los convierte en aliados invaluables en un mundo donde la velocidad y la complejidad superan la capacidad de decisión humana.
Si bien es natural que surjan preocupaciones sobre las implicaciones de una mayor autonomía en la toma de decisiones para el ámbito laboral y la rendición de cuentas, esta evolución representa una oportunidad significativa. Al encargar a los agentes la gestión de tareas repetitivas y que consumen mucho tiempo, y al permitirles paralelizar procesos que antes debían ejecutarse secuencialmente, se expande nuestra capacidad productiva. Esto libera a los individuos para que se dediquen a actividades que demandan creatividad, juicio, composición y conexión significativa. Este fenómeno no es nuevo: el surgimiento de las corporaciones en el pasado permitió a los emprendedores crear productos completamente nuevos y niveles de riqueza inimaginables. Los agentes de IA tienen el potencial de democratizar esta capacidad.
La necesidad de transparencia y recursos para una autonomía real
Para lograr una toma de decisiones verdaderamente autónoma, la infraestructura de los agentes de IA debe ser de código abierto y transparente. Iniciativas como el reciente lanzamiento de código abierto de OpenAI son un paso en la dirección correcta. Laboratorios chinos, como DeepSeek (DeepSeek), Moonshot AI (Kimi K2) y Alibaba (Qwen 3), han avanzado aún más rápidamente en este aspecto.
Sin embargo, la autonomía no se limita únicamente a la inteligencia y la capacidad de decisión. Sin acceso a recursos, un agente de IA tiene pocas vías para generar un impacto real en el mundo. Por lo tanto, para que los agentes sean verdaderamente autónomos, necesitan acceder a recursos y custodiar sus propios activos. Las blockchains programables, sin permisos y componibles, ofrecen el sustrato ideal para que los agentes logren esta independencia.
Escenarios comparativos: centralización vs. descentralización
Consideremos dos escenarios. En el primero, los agentes de IA operan dentro de una plataforma Web 2, como AWS o Google. En este contexto, están restringidos por los parámetros establecidos por la plataforma, en un entorno esencialmente cerrado y permisionado. Ahora, imaginemos un mercado descentralizado que abarca múltiples ecosistemas de blockchain. Aquí, los desarrolladores pueden combinar diferentes entornos y parámetros, lo que otorga a los agentes de IA un alcance operativo ilimitado, accesible globalmente y capaz de evolucionar con el tiempo. El primer escenario se asemeja a una idea rudimentaria de mercado, mientras que el segundo configura una verdadera economía global.
En pocas palabras, para escalar no solo la adopción de agentes de IA, sino también el comercio de agente a agente, se requiere una infraestructura que solo las blockchains pueden proporcionar.
Las limitaciones de los mercados centralizados
AWS ha anunciado recientemente un mercado de agente a agente con el objetivo de satisfacer la creciente demanda de agentes prefabricados. Sin embargo, este enfoque hereda las mismas ineficiencias y limitaciones que han afectado durante mucho tiempo a los sistemas aislados. Los agentes deben esperar la verificación humana, depender de APIs cerradas y operar en entornos donde la transparencia es opcional, si es que existe. Para actuar de forma autónoma y a escala, los agentes no pueden estar confinados en ecosistemas cerrados que restringen su funcionalidad, conllevan riesgos de plataforma, imponen tarifas opacas o imposibilitan la verificación de las acciones realizadas y sus motivos.
La escalabilidad de los sistemas de agentes mediante la descentralización
Un ecosistema abierto permite que los agentes actúen en nombre de los usuarios, se coordinen con otros agentes y operen a través de servicios sin barreras de permisos. Las blockchains ya ofrecen las herramientas clave para esto. Los contratos inteligentes (smart contracts) permiten a los agentes realizar tareas automáticamente, con reglas incrustadas en el código, mientras que las stablecoins y los tokens facilitan transferencias de valor instantáneas y globales sin fricciones de pago. Las cuentas inteligentes, que son billeteras blockchain programables como Safe, permiten a los usuarios restringir la actividad y el alcance de los agentes (mediante “guardias”). Por ejemplo, un agente podría tener permiso para usar únicamente protocolos incluidos en una lista blanca. Estas herramientas permiten a los agentes de IA no solo comportarse de manera expansiva, sino también ser contenidos dentro de los parámetros de riesgo definidos por el usuario final. Esto podría incluir establecer límites de gasto, requerir multifirmas para aprobaciones o restringir agentes a protocolos de lista blanca.
La blockchain también brinda la transparencia necesaria para que los usuarios puedan auditar las decisiones de los agentes, incluso cuando no están directamente involucrados. Al mismo tiempo, esto no significa que todas las interacciones de agente a agente deban ocurrir en cadena. Por ejemplo, los agentes de IA pueden usar APIs fuera de la cadena con restricciones de acceso definidas y pagos ejecutados en la cadena. En resumen, la infraestructura descentralizada otorga a los agentes las herramientas para operar de manera más libre y eficiente de lo que permiten los sistemas cerrados.
La realidad de los agentes onchain
Mientras que los actores centralizados aún están perfeccionando sus estrategias de agentes, la blockchain ya está habilitando formas tempranas de interacción de agente a agente. Los agentes en cadena ya muestran comportamientos más avanzados, como la compra de predicciones y datos de otros agentes. A medida que surgen marcos más abiertos, los desarrolladores están creando agentes que pueden acceder a servicios, realizar pagos e incluso suscribirse a otros agentes, todo sin intervención humana.
Los protocolos ya están implementando el siguiente paso: la monetización. Con los mercados abiertos, las personas y las empresas pueden alquilar agentes, obtener ganancias de agentes especializados y construir nuevos servicios que se conectan directamente a esta economía de agentes. La personalización de los modelos de pago, como suscripciones, pagos únicos o paquetes combinados, también será clave para satisfacer las diversas necesidades de los usuarios. Esto desbloqueará un modelo completamente nuevo de participación económica.
Por qué la distinción es crucial
Sin sistemas abiertos, la fragmentación rompe la promesa de un soporte de IA fluido. Un agente puede completar tareas fácilmente si permanece dentro de un ecosistema individual, como la coordinación entre diferentes aplicaciones de Google. Sin embargo, cuando se requieren plataformas de terceros (en redes sociales, viajes, finanzas, etc.), un mercado abierto en cadena permitirá a los agentes adquirir programáticamente los diversos servicios y bienes que necesitan para completar la solicitud de un usuario.
Los sistemas descentralizados evitan estas limitaciones. Los usuarios pueden poseer, modificar e implementar agentes adaptados a sus necesidades sin depender de entornos controlados por proveedores. Ya hemos visto este funcionamiento en DeFi, con los “legos DeFi”. Los bots automatizan estrategias de préstamo, gestionan posiciones y reequilibran carteras, a veces mejor que cualquier humano. Ahora, ese mismo enfoque se está aplicando como “legos de agentes” en sectores como la logística, los juegos, la atención al cliente y muchos más.
El camino a seguir
La economía de los agentes está creciendo rápidamente. Lo que construyamos ahora determinará cómo funciona y a quién beneficia. Si dependemos únicamente de sistemas centralizados, corremos el riesgo de crear otra generación de herramientas de IA que, aunque útiles, en última instancia sirven a la plataforma y no a la persona. La blockchain cambia esta dinámica. Permite sistemas donde los agentes actúan en tu nombre, se benefician de tus ideas y se conectan a un mercado más amplio y abierto. Si queremos agentes que colaboren, realicen transacciones y evolucionen sin restricciones, el futuro de los mercados de agente a agente debe residir en la cadena de bloques.