La creciente adopción de redes blockchain propietarias por parte de grandes corporaciones
En el panorama actual de la tecnología financiera, destacadas empresas como JPMorgan, Circle y Stripe están impulsando la creación de sus propias redes blockchain dedicadas al procesamiento de pagos. Esta tendencia, que se espera intensifique en los próximos años, surge de la necesidad de aprovechar sus extensas bases de clientes ya existentes y de superar las limitaciones técnicas inherentes a las redes públicas descentralizadas. Sin embargo, analistas expertos advierten sobre la viabilidad a largo plazo de estas soluciones propietarias, sugiriendo que su diseño no neutral podría contradecir los principios fundamentales de la tecnología blockchain.
¿Por qué las corporaciones están desarrollando sus propias blockchains?
La adopción institucional de criptoactivos ha marcado un punto de inflexión, motivando a numerosos actores a explorar el potencial de la tecnología blockchain. Desde entidades consagradas en el ámbito cripto, como Circle, hasta gigantes tradicionales como JPMorgan y FIFA, la inversión en infraestructura blockchain propia está en pleno auge. Esta iniciativa se manifiesta en el desarrollo de infraestructuras blockchain de Capa 1 o Capa 2 personalizadas.
Una ventaja distintiva de estas redes corporativas radica en su capacidad para integrar a sus vastas clientelas existentes. Al camuflar la complejidad técnica subyacente de la blockchain, las empresas facilitan la incorporación de usuarios, quienes pueden interactuar con la tecnología sin requerir una comprensión profunda de las criptomonedas. Omid Malekan, veterano de la industria cripto y profesor de la Columbia Business School, señala que esta estrategia responde a un deseo corporativo de:
- Crear sistemas blockchain de mayor rendimiento, optimizados para pagos.
- Preservar el poder y la rentabilidad ante la disrupción tecnológica.
Limitaciones de la infraestructura blockchain pública para uso corporativo
La infraestructura blockchain pública existente, como Bitcoin y Ethereum, a menudo no satisface las rigurosas exigencias del entorno corporativo. Presentan desafíos significativos, que incluyen velocidades de transacción lentas, preocupaciones de seguridad, modelos económicos volátiles y, ocasionalmente, periodos de inactividad o retrasos. Ante estas deficiencias, las grandes corporaciones han optado por desarrollar soluciones blockchain a medida.
Varias iniciativas ilustran esta tendencia:
- Google Cloud: Está experimentando con GCUL, un ledger de Capa 1 privado y con permisos, diseñado para las finanzas institucionales.
- Stripe: Desarrolla Tempo, una Capa 1 compatible con EVM, que busca reducir costos y tiempos en pagos globales con stablecoins.
- Circle: Ha lanzado Arc, una blockchain de Capa 1 optimizada para finanzas basadas en stablecoins.
- Sony: Creó Soneium, una Capa 2 de Ethereum, para integrar su vasto ecosistema de juegos y entretenimiento en la blockchain.
- FIFA: Está construyendo una blockchain propietaria sobre una subred de Avalanche.
- JPMorgan: Impulsa su red Kinexys, una plataforma bancaria para clientes institucionales.
- Toyota: Utiliza Avalanche para su Red de Orquestación Móvil (MON), explorando la tokenización y nuevos servicios de movilidad.
A pesar de esta proliferación, Malekan expresa escepticismo sobre el potencial de éxito a largo plazo de estas iniciativas corporativas.
Defectos fundamentales en el diseño de una blockchain corporativa
La principal divergencia entre blockchains públicas y corporativas radica en su nivel de descentralización. Las entidades corporativas, en su afán por optimizar procesos existentes, suelen malinterpretar el verdadero valor de la tecnología blockchain. La conciben como una herramienta de eficiencia, sin abrazar su propósito fundamental de empoderar a las comunidades y despojar el control de las autoridades centralizadas. Malekan incide en que estas diferencias estructurales preconfiguran un futuro limitado para las blockchains corporativas.
“Estas redes no son neutrales y, por ende, alienarán a usuarios, emisores y desarrolladores. Estos actores difícilmente confiarán plenamente en corporaciones que, además, podrían ser sus competidores”, afirma el experto.
Si bien las blockchains corporativas podrían generar una presión temporal y reducir la cuota de mercado en el corto plazo, redes públicas como Bitcoin y Ethereum están diseñadas para perdurar. Su carácter de protocolos inmutables, imposibles de modificar o interferir, les otorga una ventaja intrínseca.
“Usuarios, emisores y desarrolladores se sentirán atraídos por cadenas que ofrezcan una percepción de seguridad. Aunque las redes corporativas crezcan, no podrán abusar de los usuarios de la manera en que las cadenas corporativas o la infraestructura TradFi lo han hecho históricamente”, añade Malekan.
Aunque las corporaciones lanzan estratégicamente sus blockchains para mantener su competitividad, se enfrentan a un desafío constante por parte de redes descentralizadas que ofrecen dinero digital con una neutralidad creíble.
Bitcoin y Ethereum: protocolos construidos para la durabilidad
Las blockchains públicas representan una amenaza directa para las finanzas tradicionales al cuestionar su rentabilidad y control. Esta disrupción no solo afecta a las iniciativas corporativas, sino a todas las instituciones financieras consolidadas. A pesar de que las corporaciones ofrecen alternativas, estas suelen estar controladas por las mismas entidades que las cadenas públicas buscan desafiar.
A medida que Bitcoin y Ethereum continúan su expansión, Malekan predice que los bancos centrales serán los primeros en sentir el impacto. “El principal desafío para los bancos centrales serán las monedas y activos descentralizados, como Bitcoin o las stablecoins vinculadas a divisas fuertes. Será mucho más difícil para los bancos centrales obligar a los ciudadanos a usar monedas fiduciarias nacionales en un futuro digital, lo que limitará su capacidad de imprimir dinero de forma excesiva”, explica.
Paralelamente, los bancos corporativos y las startups fintech también enfrentarán una intensa competencia en sus estructuras de tarifas. “La competencia les forzará a ofrecer mayores tasas de interés en depósitos y a reducir los costos de las transacciones. Redes neutrales como Ethereum introducirán un nivel de competencia perfecta sin precedentes en el sector financiero”, concluye Malekan.
En última instancia, la proliferación de las blockchains corporativas podría verse como un paso transitorio y necesario hacia la adopción generalizada de esta tecnología disruptiva. Sin embargo, carecen de la credibilidad y neutralidad inherentes a los sistemas de pago verdaderamente descentralizados. Sin un compromiso fundamental con estos principios, estas iniciativas corporativas corren el riesgo de ser eventualmente superadas por protocolos inmutables que, por diseño, garantizan un sistema fundado en la desintermediación y la autonomía.