El Banco Central de Bolivia y la Comisión Nacional de Activos Digitales de El Salvador han suscrito recientemente un memorando de entendimiento (MOU) con el objetivo de establecer una colaboración en el ámbito regulatorio y de herramientas relacionadas con los criptoactivos. Este acuerdo, que entró en vigor de forma inmediata, busca aprovechar la experiencia salvadoreña, pionera en la adopción de Bitcoin como moneda de curso legal, para impulsar la innovación tecnológica y ampliar el acceso a los servicios financieros en Bolivia.
El resurgimiento cripto en Bolivia
Bolivia ha experimentado un notable incremento en la actividad de criptoactivos tras la flexibilización de su prohibición en junio de 2024. En tan solo tres meses, el volumen de operaciones alcanzó los 47 millones de dólares, lo que equivale a un promedio mensual superior a los 15 millones de dólares, duplicando el ritmo observado en el año y medio previo. Según datos del banco central, el volumen total acumulado hasta el 30 de junio del presente año ascendió a 294 millones de dólares.
Cada vez más ciudadanos bolivianos utilizan Bitcoin y stablecoins para transacciones cotidianas. La proliferación de billeteras móviles en áreas con acceso limitado a la banca tradicional demuestra una creciente adopción, impulsada en parte por la necesidad de alternativas ante los desafíos económicos.
Crisis de reservas y el impulso a las criptomonedas
La significativa reducción de las reservas de divisas extranjeras de Bolivia, que pasaron de casi 13 mil millones de dólares en 2014 a 165 millones de dólares en abril de 2025, según Trading Economics, ha generado dificultades para financiar importaciones. Esta situación ha llevado a entidades como Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) a considerar la aceptación de criptomonedas para la adquisición de combustible.
A nivel local, el Tether (USDT) se está empleando en comercios para mantener la estabilidad de las ventas frente a la volatilidad del peso boliviano. La población busca en las stablecoins un refugio frente a las fluctuaciones económicas.
Aprendizajes de la experiencia salvadoreña
Los líderes bolivianos han manifestado su intención de analizar los desafíos que El Salvador enfrentó en su implementación de Bitcoin, como las comisiones elevadas y la reticencia de algunos comercios. El MOU prevé el intercambio de software y mejores prácticas, aunque aún se esperan detalles sobre los pasos concretos de implementación. Las autoridades reguladoras han enfatizado que la protección del consumidor y la estabilidad de la liquidez son prioridades fundamentales.
Implicaciones políticas y futuro del acuerdo
Con las elecciones generales programadas para el 17 de agosto y una posible segunda vuelta el 19 de octubre, el futuro de las políticas de criptoactivos en Bolivia cobra especial relevancia. El desenlace electoral podría consolidar la dirección actual hacia las finanzas digitales o reorientarla, impactando directamente la continuidad y el alcance del acuerdo. Según proyecciones de Polymarket, las probabilidades de una victoria en primera vuelta son bajas, lo que añade incertidumbre al panorama político.
Bolivia y El Salvador han acordado reuniones periódicas para evaluar los avances en materia de regulación, desarrollo tecnológico y la expansión de la inclusión financiera. Se explorará, además, cómo los criptoactivos pueden facilitar el acceso de familias y pequeñas empresas a servicios similares a los bancarios, buscando maximizar el impacto positivo de esta colaboración interregional.