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La evolución de la custodia de Bitcoin: de la autocustodia a los ETP regulados

Durante más de una década, la máxima para los poseedores de Bitcoin ha sido clara: «no tus llaves, no tus monedas». Sin embargo, a medida que Bitcoin madura y se establece como un activo globalmente reconocido, esta perspectiva se vuelve insuficiente para grandes inversores que gestionan carteras valoradas en cientos de millones de dólares en BTC.

El reciente movimiento de más de 80.000 BTC desde ocho carteras de la era Satoshi, la mayor transferencia de este tipo en la historia de Bitcoin, ha vuelto a poner de manifiesto los desafíos que enfrentan los poseedores de gran volumen al gestionar y deshacer sus vastas posiciones. Mantener Bitcoin al contado directamente, especialmente en grandes cantidades, expone a los inversores a riesgos innecesarios, problemas operativos y fricciones regulatorias, sin mencionar las complejidades de custodia que pueden generar inquietud incluso a los inversores más experimentados.

La alternativa: Productos cotizados en bolsa (ETP) de Bitcoin regulados

Existe una alternativa consolidada en forma de Productos Cotizados en Bolsa (ETP) de Bitcoin regulados. Estos productos, disponibles en Europa desde hace más de siete años con un historial comprobado y una estructura similar a la de las acciones, combinan la transparencia y las garantías de los mercados tradicionales con la innovación de los activos digitales. Ofrecen un marco de seguridad robusto, acceso mejorado a la liquidez, eficiencias fiscales y de cumplimiento, y la capacidad de utilizarlos como garantía para préstamos. Para los grandes poseedores, la adopción de estos instrumentos regulados es una opción cada vez más atractiva.

Mejora el acceso a la liquidez

La liquidez es una preocupación principal para los inversores de gran volumen. Aquellos que buscan deshacer una posición importante a menudo se enfrentan a un deslizamiento significativo y al riesgo de contraparte en los exchanges centralizados. Otra opción es recurrir a empresas externas para gestionar el proceso, lo que implica tiempos de espera debido a los procedimientos de incorporación y KYC (Conoce a tu cliente), además de posibles primas en la ejecución. Con un ETP, las gestiones administrativas se concentran al inicio; una vez incorporado, el inversor tiene acceso a la liquidez del ETP, lo simplifica y acelera las estrategias de salida cuando el tiempo es crucial.

La seguridad de la custodia profesional

Muchos inversores de gran volumen creen que la autocustodia maximiza la seguridad. Sin embargo, en la práctica, gestionar grandes posiciones al contado es extremadamente complejo. La gestión de llaves, la logística del almacenamiento en frío, la planificación de la sucesión y los controles internos requieren una infraestructura que pocos individuos o incluso fondos nativos de criptomonedas pueden mantener de forma segura a escala. Los ETP regulados eliminan estas complejidades al ofrecer soluciones de custodia gestionadas profesionalmente, que incluyen cuentas segregadas, cobertura de seguro y supervisión directa de los reguladores financieros. Las estructuras europeas van más allá, con marcos a prueba de quiebras y la propiedad legal del Bitcoin subyacente.

Esto no implica renunciar a la propiedad, sino una mejora en la forma en que se posee: con seguridad, transparencia y salvaguardas de nivel institucional para evitar pérdidas y fraudes. Por ejemplo, el grupo Lazarus, una de las organizaciones de hackers más notorias de Corea del Norte, ha sido responsable de un número significativo de infracciones relacionadas con criptomonedas, resultando en el robo de 1.500 millones de dólares solo este año.

Eficiencias fiscales y opcionalidad financiera

Los ETP europeos permiten transferencias en especie, lo que facilita a los inversores mover Bitcoin directamente dentro y fuera del fondo sin generar un evento imponible. Esto es especialmente valioso en jurisdicciones como Suiza y Alemania, donde los poseedores a largo plazo pueden optimizar el tratamiento de las ganancias de capital. Para los grandes inversores con una perspectiva a largo plazo, la flexibilidad del flujo en especie representa una mejora significativa.

Además, desbloquea nuevas posibilidades financieras; en lugar de vender su Bitcoin durante un evento importante como la compra de una vivienda, los inversores pueden pedir prestado contra sus tenencias de ETP y acceder a liquidez sin desprenderse del activo subyacente y sin generar ganancias de capital.

Si bien la autocustodia siempre tendrá un lugar, especialmente para usuarios en regiones inestables o aquellos que buscan soberanía financiera, para los inversores de gran volumen, las desventajas de mantener Bitcoin al contado son cada vez más difíciles de justificar. Los ETP de Bitcoin simplifican la gestión, reducen el riesgo, mejoran el acceso a la liquidez, facilitan el cumplimiento normativo y ofrecen una infraestructura a largo plazo para inversores con capital significativo, permitiéndoles una mayor tranquilidad. El futuro de la propiedad de Bitcoin no se trata de si puedes custodiar tus claves, sino de si deberías hacerlo.