El impacto transformador de los fondos cotizados en bolsa (ETF)
El mercado financiero global está experimentando una transformación significativa, impulsada por un flujo sin precedentes de capital hacia los fondos cotizados en bolsa (ETF). Este fenómeno está reconfigurando la dinámica del mercado, planteando interrogantes sobre la tradicional influencia de organismos como la Reserva Federal (Fed) en la economía. Los ETF, que combinan características de los fondos de inversión y las acciones, se han consolidado como una herramienta de inversión preferida por su accesibilidad y diversificación.
Según datos recientes de ETFGI, una consultora independiente especializada, los activos bajo gestión en ETF listados en Estados Unidos alcanzaron una cifra récord de 12,19 billones de dólares a finales de agosto. Esto representa un incremento sustancial desde los 10,35 billones de dólares registrados al cierre de 2023. Solo en el mes de agosto, los inversores inyectaron 120.650 millones de dólares en estos instrumentos, elevando las entradas de capital en lo que va de año a 799.000 millones de dólares, superando ampliamente el récord anual anterior de 643.000 millones de dólares establecido en 2023.
Concentración y liderazgo en el mercado de ETF
El crecimiento exponencial de los ETF se concentra en un número reducido de grandes gestoras. iShares, de BlackRock, lidera el sector con 3,64 billones de dólares en activos, seguido de cerca por Vanguard con 3,52 billones de dólares, y la familia SPDR de State Street con 1,68 billones de dólares. En conjunto, estas tres entidades controlan casi las tres cuartas partes del mercado de ETF estadounidense. Esta concentración subraya el poder y la influencia de estos gigantes en la dirección de los flujos de capital.
En agosto, los ETF de renta variable atrajeron la mayor proporción de inversión, con 42.000 millones de dólares, seguidos por los fondos de renta fija, que sumaron 32.000 millones de dólares, y los ETF de materias primas, con casi 5.000 millones de dólares. Estos datos demuestran la amplitud y la diversidad de las opciones de inversión disponibles a través de los ETF, abarcando desde mercados tradicionales hasta sectores emergentes.
El auge de los ETF de criptomonedas
Una pieza clave en la narrativa actual es la creciente relevancia de los ETF vinculados a criptomonedas. Los datos de SoSoValue revelan que los ETF de Bitcoin al contado y Ether listados en EE. UU. gestionan, en conjunto, más de 120.000 millones de dólares. Destacan entre ellos el iShares Bitcoin Trust (IBIT) de BlackRock y el Wise Origin Bitcoin Trust (FBTC) de Fidelity.
- ETF de Bitcoin: superan los 100.000 millones de dólares en activos, lo que equivale aproximadamente al 4% de la capitalización de mercado total de Bitcoin, que se sitúa en 2,1 billones de dólares.
- ETF de Ether: recién lanzados este año, ya han acumulado 20.000 millones de dólares.
Esta irrupción de los ETF de criptomonedas refleja una maduración y aceptación institucional de los activos digitales, convertidos ahora en una opción de inversión legítima para un espectro más amplio de inversores.
El efecto ‘piloto automático’ en la inversión pasiva
La popularidad de los ETF se debe en gran medida a su papel como vehículo preferido por inversores de todos los tamaños, impulsado por un “efecto de piloto automático”. En Estados Unidos, una parte significativa de estos flujos proviene de las cuentas de jubilación 401(k), donde los trabajadores destinan una porción de su salario. Una creciente proporción de este dinero se invierte en “fondos de fecha objetivo”, que ajustan automáticamente las asignaciones de activos (transicionando de acciones a bonos) a medida que el ahorrador se acerca a la jubilación. Los portafolios modelo y los robo-asesores operan bajo preceptos similares, dirigiendo inversiones hacia ETF sin requerir decisiones diarias de los inversores.
Este proceso automatizado implica que, quincenalmente, miles de millones de dólares fluyen hacia fondos indexados que replican cestas de acciones, independientemente de las valoraciones, las noticias o la política de la Fed. Analistas citados por Bloomberg sugieren que esta demanda constante ayuda a explicar por qué los índices bursátiles estadounidenses continúan en ascenso, incluso cuando los datos económicos sobre empleo e inflación muestran signos de presión.
Desafíos a la influencia tradicional de la Reserva Federal
La magnitud de estos flujos de capital hacia los ETF plantea serias dudas sobre la efectividad de la Reserva Federal para influir en los mercados. Históricamente, los ajustes en las tasas de interés (recortes o aumentos) enviaban señales potentes que resonaban en acciones, bonos y materias primas. Tasas más bajas incentivaban la toma de riesgos, mientras que tasas más altas frenaban esta tendencia. Sin embargo, con cientos de miles de millones de dólares absorbiéndose en ETF de manera programada, los mercados podrían estar volviéndose menos sensibles a las directrices del banco central.
Esta tensión es particularmente evidente en el contexto actual. Aunque se espera que la Fed recorte las tasas en un cuarto de punto el 17 de septiembre, las acciones se mantienen cerca de máximos históricos, el oro cotiza por encima de los 3.600 dólares la onza, y Bitcoin se acerca a los 116.000 dólares, no lejos de su máximo histórico de 124.000 dólares alcanzado a mediados de agosto. Los ETF de acciones, bonos y criptomonedas han registrado fuertes entradas, lo que indica que los inversores se están posicionando para una política monetaria más laxa, pero también refleja una tendencia estructural de asignaciones pasivas.
Beneficios y riesgos de la inversión pasiva
Mientras que los defensores de los ETF destacan cómo estos han reducido costos y ampliado el acceso a los mercados para un mayor número de inversores, los críticos advierten sobre posibles riesgos. La escala masiva de estas entradas de capital podría amplificar la volatilidad si se producen reembolsos masivos en una recesión, dado que los ETF mueven cestas completas de valores simultáneamente. Este efecto, descrito por Bloomberg como una “máquina perpetua” de inversión pasiva, podría estar alterando los mercados de maneras que, incluso la Reserva Federal, tiene dificultades para contrarrestar.
En resumen, la explosión de los ETF, tanto tradicionales como criptográficos, está creando un nuevo paradigma en el ecosistema financiero. La inversión pasiva se ha convertido en una fuerza incontenible que, aunque democratiza el acceso a los mercados, también desafía los mecanismos de control y las herramientas de política monetaria tradicionales. La capacidad de los bancos centrales para navegar este nuevo entorno será crucial para mantener la estabilidad financiera global.