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Inversores institucionales: ¿Ethereum supera a Bitcoin como primera opción?

Un cambio significativo en la estrategia de inversión de los profesionales está emergiendo en el ecosistema de los criptoactivos. El director de inversiones (CIO) de Bitwise, Matt Hougan, ha señalado una tendencia creciente: un número cada vez mayor de inversores institucionales está optando directamente por Ethereum (ETH) como su primera inversión en criptomonedas, en lugar de comenzar con Bitcoin (BTC).

Históricamente, Bitcoin ha sido considerado el punto de entrada predeterminado al mundo de los activos digitales. Sin embargo, esta dinámica parece estar evolucionando, y Ethereum está ganando terreno como una opción preferente para el capital institucional. Esta preferencia se fundamenta en la utilidad multifacética de Ethereum y su alineación con las estrategias de construcción de cartera de estos inversores.

Ethereum emerge como la elección inicial para inversores profesionales

Durante una reciente intervención, Matt Hougan de Bitwise reveló una tendencia interesante. Según Hougan, numerosos inversores profesionales están ‘saltándose’ a Bitcoin para dirigirse directamente a Ethereum. Esta inclinación se atribuye a la utilidad inherente de Ethereum en diversos campos, como las finanzas descentralizadas (DeFi), los contratos inteligentes y las aplicaciones Web3, los cuales están atrayendo un capital institucional considerable.

La razón principal de esta elección radica en cómo las instituciones abordan la construcción de sus carteras de inversión. Hougan explica que la mayoría de los inversores profesionales no poseen oro en sus carteras. El oro es considerado un activo de nicho; solo entre el 15% y el 20% de las instituciones lo incluyen, mientras que la vasta mayoría, más del 80%, se concentra en acciones y bonos.

Dado que Bitcoin a menudo se enmarca como el ‘oro digital’, su atractivo es limitado para muchos profesionales que nunca asignaron capital al oro en primer lugar. Hougan lo resume así: “Mucha gente ve a Bitcoin como oro digital. Yo no tengo oro, pero sí invierto en tecnologías”. Esta perspectiva es clave para entender la preferencia por ETH.

Ethereum, en cambio, se adapta de forma natural a las carteras de aquellos que ya asignan recursos a tecnologías innovadoras. Con el auge de la tokenización y las stablecoins, Hougan anticipa que el flujo institucional hacia ETH continuará ganando un impulso significativo. Esto sugiere que Ethereum no solo es visto como una criptomoneda, sino como una infraestructura tecnológica con un enorme potencial de crecimiento.

La escalada de ETH a máximos históricos impulsada por la inversión institucional

Mientras las instituciones perciben a Ethereum como la exposición a la columna vertebral tecnológica de una economía digital emergente, el ‘FOMO’ (miedo a perderse algo) de Wall Street ha alcanzado niveles históricos. El apetito institucional en Estados Unidos por ETH está llegando a cotas sin precedentes, reflejando una confianza creciente en su valor a largo plazo.

El conocido trader de criptomonedas Bull Theory ha destacado un dato revelador: solo en agosto de 2025 (Nota del autor: se mantiene el dato original de la noticia, aunque la fecha futura pueda parecer incorrecta en el contexto actual), los ETF de Ethereum al contado compraron $3.87 mil millones en ETH. Esta cifra fue impulsada casi en su totalidad por inversores profesionales que buscan una exposición a largo plazo. BlackRock, el gestor de activos con $11 billones bajo gestión, lideró esta tendencia al asignar $3.38 mil millones a ETH y $707 millones a Bitcoin, lo que subraya una clara preferencia por Ethereum sobre Bitcoin en sus inversiones recientes.

Esta ola de compras institucionales ha impulsado a Ethereum a nuevos máximos históricos en agosto. Es crucial destacar que la mayoría de estas adquisiciones están destinadas a ser mantenidas a largo plazo. Esto reduce la presión de venta inmediata y respalda un impulso de precios sostenido. Si ETH logra cerrar por encima de los $4,630, marcará el cierre mensual más alto desde el mercado alcista de 2021, consolidando su posición en el mercado.

Además, los volúmenes de transacciones en cadena de Ethereum superaron los $320 mil millones, lo que refleja una amplia participación en las finanzas descentralizadas, las stablecoins y los activos tokenizados. El staking de Ethereum también continúa atrayendo la atención de Wall Street, con casi 36 millones de ETH, lo que representa el 29% del suministro total en circulación, bloqueados en contratos de staking. Con recompensas por staking que rondan el 3%, Ethereum ofrece a los inversores institucionales un dividendo constante, lo que lo hace aún más atractivo para las carteras de inversión a largo plazo.

La ventaja tecnológica de Ethereum frente a Bitcoin

La preferencia de los inversores institucionales por Ethereum sobre Bitcoin es un reflejo de su enfoque en la innovación tecnológica y la utilidad más allá de ser una reserva de valor. Mientras que Bitcoin se consolida como una forma de ‘oro digital’ o una reserva de valor descentralizada, Ethereum ofrece una plataforma programable que posibilita un sinfín de aplicaciones.

La arquitectura de Ethereum permite la creación de:

  • Contratos inteligentes: Acuerdos auto ejecutables con las condiciones del acuerdo directamente escritas en código.
  • Aplicaciones descentralizadas (dApps): Software que opera en la red Ethereum sin depender de un servidor central.
  • Finanzas descentralizadas (DeFi): Un ecosistema de servicios financieros construidos sobre blockchain, eliminando intermediarios tradicionales.
  • Tokens no fungibles (NFTs): Activos digitales únicos que representan propiedad o prueba de autenticidad.
  • Modelos de tokenización: La representación de activos del mundo real o digitales como tokens en la blockchain.

Estas capacidades hacen de Ethereum una tecnología de infraestructura fundamental para la Web3, la próxima generación de internet. Los inversores institucionales que buscan participar en el crecimiento de la economía digital y la innovación tecnológica ven en Ethereum una inversión estratégica a largo plazo que va más allá de la simple apreciación del precio, ofreciendo un potencial de retorno ligado al desarrollo y adopción de nuevas tecnologías.

El modelo de “prueba de participación” (Proof of Stake) de Ethereum, implementado con la fusión, también lo hace más atractivo desde una perspectiva de sostenibilidad y eficiencia energética, dos factores cada vez más importantes para los grandes inversores y fondos que consideran criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza).

En resumen, la evolución en las preferencias de inversión institucional sugiere que Ethereum no es solo una alternativa a Bitcoin, sino una plataforma que abre nuevas vías para la participación en la economía digital. Su utilidad, sus recompensas por staking y su rol fundamental en el desarrollo de la Web3 lo posicionan como un activo atractivo para inversores que buscan exposición a tecnologías disruptivas y retornos a largo plazo.