El fin de una era hostil para las criptomonedas en Estados Unidos
Brad Garlinghouse, CEO de Ripple, ha expresado con convicción que el período de intensa hostilidad regulatoria contra la industria de las criptomonedas en Estados Unidos ha concluido de forma definitiva. Según Garlinghouse, ni siquiera un eventual cambio de gobierno en el país revivirá las políticas represivas observadas en años anteriores. Esta afirmación se realizó durante la Conferencia DC Fintech Week, donde el ejecutivo delineó un panorama optimista para el futuro de los activos digitales.
La perspectiva del CEO de Ripple surge en un contexto donde, a su juicio, el sector ha superado una fase de “regulación por aplicación de la ley” impulsada por figuras como Gary Gensler, expresidente de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC). Esta estrategia generó un ambiente de incertidumbre y litigios que impactó significativamente a numerosas empresas del ecosistema.
Hacia una agenda pro-cripto: cambios en el panorama político y regulatorio
Garlinghouse destacó la evolución de la postura política en Estados Unidos, señalando el giro hacia una agenda más favorable a las criptomonedas. La administración actual, por ejemplo, ha manifestado una apertura notable hacia el sector. El propio expresidente Donald Trump, durante su campaña, prometió convertir a Estados Unidos en la “capital cripto global”, un indicativo de un cambio en la percepción y el discurso oficial.
Estos acercamientos se han materializado en diversas formas, incluyendo la participación de miembros vinculados a la administración en proyectos del ecosistema de finanzas descentralizadas y la emisión de colecciones de tokens no fungibles (NFT). En contraste, la administración anterior, bajo la dirección de Gary Gensler en la SEC, adoptó una postura de cautela extrema, interponiendo acciones legales contra múltiples empresas y argumentando que la mayoría de los tokens calificaban como valores mobiliarios.
El caso Ripple y la búsqueda de claridad legal
Ripple fue una de las compañías más afectadas por esta política. En 2020, la SEC presentó una demanda acusándola de haber recaudado 1.300 millones de dólares mediante la venta no registrada de su token XRP. Esta disputa legal se extendió por varios años y concluyó con un veredicto crucial de la jueza Analisa Torres. La sentencia dictaminó que las
ventas programáticas (realizadas a través de exchanges a inversores minoristas) de XRP no constituían una violación de las leyes de valores, mientras que las
ventas directas a inversores institucionales sí calificaban como oferta de valores.
Para Garlinghouse, este resultado marcó un
punto de inflexión para la industria. “Lo importante es que el sector necesita la misma claridad que Ripple logró tras una demanda de 150 millones de dólares y una sentencia federal”, enfatizó Garlinghouse. “Tuvimos que luchar para obtenerla, y seguiremos haciéndolo para que beneficie a toda la industria”. Este fallo ha sentado un precedente importante, generando optimismo sobre la posibilidad de obtener mayor certeza regulatoria para otros proyectos criptográficos.
Críticas al sistema financiero tradicional: igualdad de condiciones
El CEO de Ripple no escatimó críticas hacia el sistema financiero tradicional, al que calificó de “hipócrita”. Garlinghouse señaló las barreras que enfrentan las instituciones cripto para acceder a cuentas maestras de la Reserva Federal (Fed), un elemento fundamental para la conexión directa con el sistema de pagos estadounidense. La obtención de una cuenta maestra permite el acceso directo al suministro monetario y reduce la dependencia de intermediarios bancarios.
Garlinghouse defendió que si el sector cripto cumple con las normativas de
conozca a su cliente (KYC) y
anti-lavado de dinero (AML) —estándares que la industria ha implementado rigurosamente—, debería tener el mismo acceso a la infraestructura financiera que los bancos tradicionales. “No se puede exigir un estándar y luego impedirnos el acceso a la infraestructura. Eso es deshonesto”, argumentó, abogando por un trato equitativo y la eliminación de obstáculos injustificados que limitan la innovación y el desarrollo del sector.
Avances legislativos y el futuro de la regulación cripto
Garlinghouse también comentó sobre los progresos en la legislación de activos digitales en el Congreso de Estados Unidos. Resaltó sus conversaciones con miembros del equipo del expresidente Trump, incluyendo una cena previa a su inauguración, lo que subraya el creciente diálogo entre líderes del sector cripto y figuras políticas.
La Cámara de Representantes ya ha aprobado su versión de la ley regulatoria con un apoyo bipartidista significativo, obteniendo 294 votos a favor y 134 en contra. En el Senado, los republicanos del Comité Bancario están impulsando un proyecto de ley que busca dividir las competencias regulatorias entre la SEC y la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC), además de introducir la categoría de “activos auxiliares” para definir qué criptomonedas no son valores. Sin embargo, el camino no está exento de desafíos; una propuesta reciente de los demócratas del Senado, enfocada en combatir actividades ilícitas en finanzas descentralizadas (DeFi), ha generado controversia y críticas por su viabilidad.
A pesar de las fricciones, Garlinghouse mantiene un optimismo inquebrantable sobre el futuro de las criptomonedas en Estados Unidos. “El barco ya zarpó. No se puede meter al genio de nuevo en la botella”, afirmó, sugiriendo que la adopción de los activos digitales es un proceso irreversible y en constante expansión. Esta visión reafirman un futuro donde la claridad regulatoria y la integración de las criptomonedas en el sistema financiero serán cada vez más una realidad.