Kevin O’Leary, reconocido inversor del programa ‘Shark Tank’ y presidente de O’Leary Ventures, está reorientando su estrategia de inversión. Ha manifestado su desinterés por los tokens no fungibles (NFT) y ha destinado una significativa suma de dinero a coleccionables físicos de alto valor, específicamente en el ámbito de las tarjetas deportivas.
Recientemente, O’Leary, a quien a menudo se le conoce como ‘Mr. Wonderful’, confirmó en una entrevista con Jennifer Sanasie de CoinDesk TV que participó en la adquisición conjunta de una tarjeta ‘Logoman’ dual, única en su clase, de Kobe Bryant y Michael Jordan. Esta transacción se valoró en 13 millones de dólares. El inversor ve esta tarjeta como el pilar de su creciente “índice” de coleccionables irrepetibles.
La inversión en piezas únicas: una estrategia probada
O’Leary ha enfatizado que las ganancias más significativas a lo largo de dos décadas han recaído en los coleccionistas que invierten en piezas únicas. Compara esta estrategia con sus duraderas inversiones en obras de arte de Andy Warhol y relojes de lujo. En lugar de competir en subastas, el inversor decidió asociarse con otros dos inversores para adquirir la tarjeta. “Prefiero poseer un 33.3% de ella que nada”, afirmó, destacando su enfoque pragmático para maximizar la propiedad de activos valiosos.
Esta inversión millonaria en tarjetas deportivas raras no es meramente una afición, sino una decisión calculada. O’Leary recordó cómo esta misma tarjeta se valoraba en 75,000 dólares hace años, evidenciando su potencial de apreciación. “Los hombres adultos llorarán cuando vean esto”, añadió, anticipando el valor emocional y de mercado de la pieza.
De los NFT a la tokenización de activos físicos
A pesar de la relación conceptual con la tokenización, O’Leary ha dejado claro su escaso interés en los NFT. “Los NFT resultaron ser una moda pasajera”, sentenció. “Solo compro activos físicos… Esa moda [de los NFT] vino y se fue. Tengo mucha suerte de no haberme involucrado porque nunca la entendí.” Su contundente crítica a los NFT surge apenas unos años después de la explosión de su popularidad.
Auget y declive del mercado NFT
En 2021, el volumen de operaciones en los mercados de NFT se disparó a 25 mil millones de dólares, un incremento drástico desde los 95 millones de dólares del año anterior, según datos de DappRadar y Chainalysis. Figuras públicas como Snoop Dogg, Paris Hilton y Steph Curry lanzaron sus propias colecciones, y grandes marcas como Nike, Adidas y Coca-Cola incursionaron en este espacio.
No obstante, el entusiasmo fue efímero. Para mediados de 2022, las ventas de NFT cayeron más del 80% en el contexto general de la desaceleración del mercado cripto. Los precios de colecciones de alto perfil, como Bored Ape Yacht Club y CryptoPunks, se desplomaron desde sus máximos históricos, según los datos disponibles.
La importancia de la tangibilidad en la inversión
La principal objeción de O’Leary con los NFT radica en la ausencia de una existencia física de los activos. “¿Dónde está el activo? ¿Dónde puedo ponerme mi guante blanco y tocarlo? Eso es lo que no se puede hacer con un NFT.” Esta perspectiva recalca su preferencia por la tangibilidad y la capacidad de verificar físicamente la propiedad.
Sin embargo, el inversor anticipa que sus coleccionables “serán tokenizados algún día”, ya que “sería mucho más fácil gestionarlos y administrarlos en un índice de esa manera”. Este comentario sugiere una distinción clave: mientras que O’Leary critica la naturaleza inherente de los NFT como activos puramente digitales, no descarta el potencial de la tecnología blockchain para mejorar la gestión de activos físicos a través de la tokenización, lo que permite una mayor liquidez y fraccionamiento.
Visión de ‘Wall Street en cadena’
O’Leary enmarca su movimiento de inversión dentro de una visión más amplia, la de “Wall Street en cadena”. Él cree firmemente que la infraestructura blockchain tiene el potencial de modernizar la gestión de activos. Considera que esta tecnología puede mejorar la transparencia, la liquidez y la confianza en mercados que aún dependen en gran medida de intermediarios tradicionales.
Además, O’Leary mantiene una postura optimista respecto a las criptomonedas fundamentales como Bitcoin y Ethereum, así como en los participantes de la infraestructura de este ecosistema, incluyendo los operadores de minería y las plataformas de intercambio de criptoactivos.