El auge del oro impulsa el interés en activos escasos
El oro ha superado la marca de los 4.000 $ por onza por primera vez, un hito que valida una narrativa macroeconómica clave: el ‘comercio de devaluación’ (debasement trade). Este fenómeno, que implica la reasignación de inversiones desde efectivo y bonos denominados en moneda fiduciaria hacia activos capaces de preservar el poder adquisitivo, está cobrando fuerza en un contexto de altos niveles de deuda gubernamental y dudas sobre la credibilidad de las divisas.
En su esencia, el comercio de devaluación busca que los inversores adquieran activos escasos, como el oro, el Bitcoin y otras materias primas, como una estrategia para mitigar la erosión monetaria que surge de políticas monetarias laxas o un desequilibrio fiscal acelerado. La lógica subyacente es clara: si el valor real de la moneda se erosiona, la solución reside en poseer aquello que no puede ser impreso arbitrariamente. La reciente volatilidad en los rendimientos reales de las deudas soberanas, junto con un notable incremento del 44% en la oferta monetaria de Estados Unidos desde 2020, ha sentado las bases para un entorno propicio para estos activos.
Bitcoin se une al oro como cobertura ante la devaluación
El reciente ascenso del oro ha solidificado la narrativa de los activos como cobertura. Analistas atribuyen este repunte a una creciente preocupación por la deuda pública, el riesgo de cierres gubernamentales prolongados en EE. UU. y una demanda sostenida de activos refugio, exacerbada por las compras de los bancos centrales y las entradas en ETF de oro. En este escenario, Bitcoin ha emergido como una alternativa comparable al oro para protegerse contra la devaluación monetaria, una conexión que se ve reflejada en los flujos de capital.
La semana pasada, los ETF de Bitcoin al contado experimentaron entradas netas de 3.500 millones de dólares, contribuyendo a un total de aproximadamente 5.900 millones de dólares en entradas para productos criptográficos en general. Estas cifras representan un récord semanal tanto para Bitcoin como para el conjunto del mercado de criptoactivos, evidenciando una fuerte correlación con los impulsores macroeconómicos que benefician al oro.
La sincronización en estos movimientos de capital sugiere una validación mutua: el oro superando los 4.000 $ confirma la búsqueda de coberturas macroeconómicas y amplía el espectro de inversores interesados en activos ‘hard assets’. Paralelamente, los ETF facilitan el acceso a Bitcoin al eliminar las complejidades de la custodia y las operaciones para las instituciones estadounidenses, convirtiéndolo en un receptor adicional de capital en este contexto. Si bien no siempre se mueven al unísono hora a hora, la convergencia en las narrativas y los flujos de fondos es innegable.
Catalizadores clave para un cuarto trimestre sólido en ETF de Bitcoin
Matthew Hougan, director de inversiones de Bitwise, identificó tres elementos fundamentales que podrían impulsar significativamente los flujos en los ETF de Bitcoin durante el cuarto trimestre del año:
Aprobaciones de plataformas y su impacto institucional
El primer catalizador son las aprobaciones de plataformas, que permiten a un mayor número de instituciones financieras ofrecer productos de criptomonedas. Hougan citó un informe de Morgan Stanley que indica que los asesores financieros de la firma ahora pueden asignar criptoactivos en carteras de múltiples activos, sugiriendo una asignación de hasta el 4% para inversores con mayor tolerancia al riesgo. Dada la magnitud, con 16.000 asesores de Morgan Stanley gestionando 2 billones de dólares, y la reciente aprobación similar de Wells Fargo para sus asesores (con 2 billones de dólares en activos bajo gestión), el potencial es enorme. Aunque la implementación de estas nuevas directrices lleva tiempo, las conversaciones con asesores financieros revelan una demanda reprimida significativa, lo que anticipa flujos substanciales en el cuarto trimestre.
El comercio de devaluación como motor de inversión
El segundo catalizador es el ya mencionado comercio de devaluación. El oro y Bitcoin han sido los activos principales con mejor rendimiento en los últimos tiempos. Un informe de JPMorgan del pasado 1 de octubre ya lo destacaba. Hougan sostiene que, al realizar las revisiones de fin de año con sus clientes, los asesores buscan que las carteras reflejen las inversiones más exitosas del año. Mientras que el año pasado, esta distinción la ostentaba Nvidia, este año recae en el oro y Bitcoin. Esta dinámica sugiere fuertes flujos de capital hacia finales de año, a medida que los asesores ajustan las carteras para la presentación de informes anuales.
El impulso de precios como imán para inversores
El tercer catalizador es el impulso de precios. Bitcoin ha experimentado un crecimiento notable, alcanzando nuevos máximos históricos y ganando un 9% solo en la primera semana de octubre. Históricamente, precios más altos suelen generar un aumento en la demanda de ETF de Bitcoin, impulsado por una mayor cobertura mediática y una atención reforzada por parte de los inversores. Hougan observa que en cada trimestre en el que Bitcoin registró retornos positivos de doble dígito, los ETF vieron entradas de miles de millones de dólares.
A lo largo de los primeros nueve meses de este año, los ETF de Bitcoin acumularon 25.900 millones de dólares en entradas netas, proyectando un total aproximado de 30.000 millones de dólares para fin de año. Aunque esta cifra estaría por debajo del récord de 36.000 millones de dólares del año anterior, Hougan pronostica que la conjunción de las aprobaciones de plataformas, el posicionamiento en el comercio de devaluación y el impulso de precios podría superar los 10.000 millones de dólares en flujos en el cuarto trimestre, estableciendo un nuevo récord anual. La narrativa de la devaluación monetaria es el hilo conductor que une estos factores, validando la tesis de cobertura del oro a 4.000 dólares, expandiendo la distribución a través de las aprobaciones de plataformas y captando la atención con el auge del precio de Bitcoin. El Bitcoin, al igual que el oro, está sintiendo la misma presión macroeconómica, y los ETF al contado ofrecen un canal eficiente para que los inversores institucionales materialicen esta cobertura a través de los raíles digitales.