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Validadores de Proof-of-Stake en 2025: la necesidad de una redefinición activa

El desafío de la descentralización: más allá del número de validadores

En el dinámico universo de las cadenas de bloques, la noción de descentralización es un pilar fundamental. Diariamente, cientos de nuevos validadores se unen a redes como Ethereum y Solana, contribuyendo a cifras impresionantes: la participación en staking de Ethereum ha escalado hasta el 30% del suministro total, con aproximadamente 36 millones de ETH (alrededor de 154 mil millones de dólares) en juego. Solana, por su parte, ha visto crecer su red a 3.248 validadores distribuidos en más de 45 países. A primera vista, este crecimiento sugiere un aumento robusto de la descentralización.

Sin embargo, un análisis más profundo revela una realidad compleja. A pesar de estas cifras, una gran proporción de estos validadores opera de manera pasiva, limitándose a recolectar recompensas por procesar transacciones sin una contribución más allá de lo básico al ecosistema. Esta tendencia, lejos de fomentar una auténtica descentralización, conduce a una concentración del poder en manos de unos pocos actores predominantes, desdibujando la visión original de las redes descentralizadas. La cantidad de validadores, por sí sola, no garantiza una descentralización significativa ni una gobernanza robusta.

Validación pasiva: un obstáculo para el ecosistema blockchain

La adopción masiva de la validación pasiva genera una serie de problemas sistémicos interconectados que, de manera recíproca, socavan la salud y el desarrollo de los ecosistemas blockchain:

  • Gobernanza limitada: A menudo, las decisiones de gobernanza, que afectan directamente a la seguridad y evolución del sistema, se toman con una participación mínima de los validadores.
  • Infraestructura y bienes públicos subfinanciados: Servicios esenciales como los nodos RPC (Remote Procedure Call), herramientas para desarrolladores y recursos educativos permanecen crónicamente subfinanciados. Muchos validadores perciben estos bienes públicos como responsabilidad de terceros, no suya.
  • Retrasos en las actualizaciones de protocolos: La falta de sofisticación técnica o el desinterés de los validadores pasivos para evaluar propuestas complejas repercute en demoras en la implementación de mejoras y actualizaciones cruciales para la red.

Estos problemas establecen un ciclo vicioso en el que la disminución de la salud de la red desincentiva a los participantes activos, dejando un ecosistema dominado por validadores centrados exclusivamente en la rentabilidad, perpetuando el estancamiento.

La ilusión de la descentralización y el auge del restaking

La percepción de descentralización es, en ocasiones, engañosa. Aunque Ethereum cuenta con millones de validadores, entidades como Coinbase y Lido gestionan un vasto 27.7% del ETH en staking. Además, datos históricos de Ethereum revelan que, previo a la fusión (The Merge), solo 15,000 validadores de más de 400,000 participaron activamente en la validación en la red de pruebas. Estas cifras ponen de manifiesto que el crecimiento en el número de validadores no diferencia entre participantes dedicados al ecosistema y aquellos cuya motivación principal es la búsqueda de rendimientos rápidos.

El fenómeno del restaking, popularizado por plataformas como EigenLayer, ejemplifica cómo esta validación pasiva ha creado oportunidades para soluciones centralizadas que llenan los vacíos. EigenLayer, al atraer más de 19 mil millones de dólares mediante la habilitación de “utilidad adicional” para los activos en staking, ha dejado en evidencia la limitada utilidad que muchos validadores aportaban inicialmente. Esto sugiere que miles de millones en seguridad criptoeconómica permanecían infrautilizados, dado que los validadores no encontraban incentivos para contribuir más allá de la participación básica en el consenso.

Hacia una validación activa: redefiniendo el rol del validador

Para superar los desafíos actuales, es imperativo redefinir el significado de la validación, trascendiendo el mero procesamiento de transacciones. Los validadores más sofisticados del futuro no solo asegurarán la red, sino que actuarán como arquitectos de infraestructura, desarrollando herramientas y servicios que beneficien a otros participantes del ecosistema. Este enfoque fomenta ciclos de retroalimentación positivos, donde la excelencia técnica atrae talentos diversos y estimula un mayor desarrollo de protocolos.

Los validadores activos se distinguirán por su contribución en áreas clave:

  • Liderazgo en infraestructura: Ejecutar servicios críticos como nodos RPC, archivos de datos y herramientas para desarrolladores. También implica el soporte a puentes entre cadenas y el mantenimiento de documentación de alta calidad.
  • Excelencia en gobernanza: Investigar a fondo las propuestas y argumentar racionalmente sus decisiones. Participar activamente en debates comunitarios e impulsar mejoras significativas en la red.
  • Desarrollo del ecosistema: Apoyar la integración de nuevos desarrolladores, las iniciativas educativas y las alianzas estratégicas, además de contribuir a los esfuerzos de marketing y crecimiento de la comunidad.
  • Innovación técnica: Participar en redes de prueba y en la investigación de protocolos. Identificar tempranamente problemas en la red y brindar soporte para características avanzadas como los protocolos de restaking.

Sobre esta base, los validadores del mañana comprenderán que la excelencia técnica es un requisito fundamental, pero no el único. El futuro pertenece a aquellos que impulsan el crecimiento del ecosistema mediante una contribución activa, alejándose de la mera extracción de rendimientos.

El camino hacia adelante: protocolos resilientes y vibrantes

Los protocolos que prevalecerán no serán aquellos con el mayor número de validadores, sino aquellos cuyos validadores estén genuinamente comprometidos con la construcción de algo significativo. Esta evolución, desde el staking pasivo hacia una construcción activa, demuestra que los sistemas descentralizados pueden superar a las alternativas tradicionales cuando los participantes están correctamente alineados y motivados.

Aquellas redes que logren esta transición atraerán al talento más brillante y al capital más inteligente, sentando las bases para la próxima generación de aplicaciones descentralizadas. Por el contrario, las redes que persistan en modelos obsoletos de recompensa a la participación pasiva verán cómo su innovación se estanca y son superadas por alternativas más activas y dinámicas.