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Registro FBOT: ¿El camino para las criptobolsas offshore en EE. UU.?

La expansión global de las criptomonedas y la innovación en los mercados financieros han generado un debate continuo sobre la regulación y la adaptación de marcos legales existentes a nuevas realidades tecnológicas. En Estados Unidos, uno de los puntos focales de esta discusión es la posible integración de las plataformas de intercambio de criptoactivos, especialmente aquellas con operaciones offshore, al sistema financiero regulado. Una de las vías que se ha analizado es el registro bajo el marco de las Foreign Boards of Trade (FBOT). Sin embargo, diversos expertos y analistas legales sugieren que este enfoque, diseñado originalmente para el sistema financiero tradicional, presenta desafíos significativos y podría no ser la solución idónea para las particularidades de las bolsas de criptomonedas.

El marco FBOT está inherentemente concebido para mercados tradicionales y productos financieros bien definidos, no para el ecosistema de activos digitales. Su aplicación a exchanges de criptomonedas, con sus modelos operativos descentralizados y la naturaleza volátil de sus activos, genera una discordancia fundamental que complica la implementación efectiva de esta normativa.

El marco FBOT y su propósito original

El marco de Foreign Boards of Trade (FBOT) fue establecido para permitir que ciertas bolsas extranjeras ofrezcan a la venta o tomen órdenes para contratos de futuros u opciones, mediante transacciones ubicadas fuera de Estados Unidos, pero accesibles para participantes estadounidenses. Este esquema busca facilitar la participación de inversores de EE. UU. en mercados globales regulados, asegurando cierto nivel de supervisión y protección.

La Commodity Futures Trading Commission (CFTC) es el organismo encargado de supervisar y autorizar estas operaciones. Su objetivo principal al establecer el marco FBOT es garantizar que las operaciones de futuros y opciones que se ofrecen a ciudadanos estadounidenses, aunque se realicen en mercados extranjeros, cumplan con ciertos estándares de transparencia, estabilidad financiera y protección al consumidor.

Sin embargo, la principal limitación que se ha señalado es su diseño intrínseco para el sector financiero convencional, donde los activos, la custodia y la liquidación siguen modelos bien establecidos y centralizados. Este esquema contrasta drásticamente con las características inherentes del mercado de criptomonedas, que a menudo operan bajo principios de descentralización y una diversidad de modelos de custodia que no siempre encajan en la rigidez de las regulaciones tradicionales.

Desafíos para la adaptación al ecosistema cripto

La aplicación del marco FBOT a las criptobolsas presenta una serie de obstáculos significativos, en gran parte debido a las diferencias fundamentales entre los mercados financieros tradicionales y el emergente ecosistema de activos digitales:

Definición y clasificación de activos digitales

Uno de los mayores desafíos radica en la ambigüedad regulatoria sobre cómo clasificar los activos digitales. ¿Son materias primas, valores, o una categoría completamente nueva? La clasificación impacta directamente la jurisdicción y la normativa aplicable, lo que complica la adecuación a un marco como el FBOT, que asume una clasificación clara de los productos financieros.

Además, muchos tokens y criptomonedas no encajan fácilmente en las categorías preexistentes, lo que genera incertidumbre para las plataformas que buscan operar de manera complaciente con las regulaciones estadounidenses. Esta falta de claridad regulatoria dificulta la formulación de reglas específicas para las criptobolsas offshore que deseen registrarse como FBOT.

Custodia y control de activos

El modelo de custodia en el ecosistema cripto es notoriamente diverso, abarcando desde carteras autohospedadas hasta soluciones de custodia por terceros. Las regulaciones de FBOT están pensadas para una custodia centralizada y bien definida de los activos subyacentes, lo que no siempre se alinea con la realidad de las exchanges de criptomonedas. Muchas plataformas operan con modelos que dan a los usuarios un mayor control sobre sus fondos, o delegan la custodia a proveedores externos especializados, lo cual puede generar interrogantes sobre la responsabilidad y la seguridad bajo el paraguas de las normas FBOT.

Modelos de negocio y tecnologías innovadoras

Las criptobolsas offshore a menudo emplean tecnologías innovadoras, como smart contracts, finanzas descentralizadas (DeFi) y mecanismos de consenso basados en blockchain. Estas tecnologías no tienen una contraparte directa en el sistema financiero tradicional y, por lo tanto, no están contempladas explícitamente en el marco FBOT. Esto crea un vacío regulatorio donde las operaciones de las exchanges pueden no ser completamente compatibles con las expectativas de la CFTC, planteando dudas sobre cómo aplicar licencias, requisitos de capital y medidas de protección al inversor.

Perspectivas y alternativas

Dada la complejidad de adaptar el marco FBOT a las particularidades de las criptobolsas, es fundamental explorar otras vías para la regulación de este sector. Una de las soluciones más mencionadas por expertos es la creación de un nuevo marco regulatorio diseñado específicamente para los activos digitales y el ecosistema blockchain. Este enfoque permitiría abordar las características únicas de las criptomonedas, incluyendo su naturaleza descentralizada, la inmutabilidad de sus registros y sus nuevos modelos de negocio.

Además, es necesario fomentar la colaboración entre reguladores, legisladores y actores de la industria para desarrollar soluciones que no solo protejan a los inversores, sino que también promuevan la innovación. Un marco regulatorio específico para criptoactivos podría incluir disposiciones sobre:

  • Clasificación clara de activos: Establecer categorías definidas para diferentes tipos de criptomonedas (monedas, tokens de utilidad, tokens de seguridad, etc.).
  • Estándares de custodia adaptados: Crear normativas que se ajusten a los diversos modelos de custodia en el espacio cripto, incluyendo soluciones de terceros y autohospedaje.
  • Licencias especializadas: Desarrollar un sistema de licencias específico para las plataformas de intercambio de criptomonedas, que considere sus modelos operativos únicos.
  • Protección al consumidor: Implementar medidas robustas de protección al inversor que aborden los riesgos inherentes a los activos digitales, como la volatilidad y la seguridad cibernética.
  • Fomento de la innovación: Establecer un entorno normativo que no asfixie el desarrollo de nuevas tecnologías y modelos de negocio en el espacio blockchain.

En este sentido, la aproximación de la Ley MiCA (Markets in Crypto-Assets) en la Unión Europea es un ejemplo de cómo una legislación diseñada específicamente para el sector cripto puede ofrecer un camino más claro para la integración de los mercados de activos digitales dentro de un marco regulatorio coherente. Esto podría servir como un modelo para otras jurisdicciones que buscan traer a las exchanges offshore bajo su supervisión sin recurrir a marcos preexistentes que no encajan del todo.

En conclusión, si bien el registro FBOT podría parecer una vía para que las criptobolsas offshore operen legalmente en EE. UU., su estructura y propósito original lo hacen un marco poco adecuado. La complejidad de los activos digitales y la infraestructura blockchain requieren una aproximación regulatoria más específica y adaptada, que permita tanto la supervisión como la innovación en este sector en constante evolución.