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Juicio a graduados del MIT por el robo de $25 millones en Ethereum mediante ataque MEV

Robo en Ethereum: un delito de 12 segundos y $25 millones

Dos hermanos, ambos graduados del prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT), se encuentran en el centro de un juicio en Manhattan, acusados de orquestar un sofisticado robo de $25 millones en criptomonedas. Lo que hace este caso particularmente notable es el método empleado y la rapidez con la que se ejecutó: en tan solo 12 segundos, los acusados lograron extraer una ingente cantidad de fondos de la red Ethereum. Esta práctica, conocida como Valor Extraíble Máximo (MEV), ha generado un intenso debate sobre su ética y legalidad en el ecosistema de las finanzas descentralizadas.

El Departamento de Justicia de EE. UU. ha presentado cargos de fraude contra James y Anton Peraire-Bueno, de 29 y 25 años respectivamente, quienes se enfrentan a una posible pena de hasta 20 años de prisión. Este caso plantea interrogantes fundamentales sobre las zonas grises regulatorias en el ámbito de las criptomonedas, donde ciertas prácticas, aunque moralmente cuestionables para algunos, operan en un vacío legal.

El modus operandi: ataques sándwich y vulnerabilidad MEV Boost

Según la acusación fiscal, los hechos tuvieron lugar en abril de 2023. Los hermanos Peraire-Bueno desarrollaron un plan meticuloso para explotar los bots que realizan «ataques sándwich». Estos ataques consisten en la manipulación de transacciones en la red Ethereum, donde los operadores insertan sus propias transacciones antes y después de las de otros usuarios, con el fin de alterar los precios y obtener beneficios a expensas de terceros. Este tipo de acción capitaliza las ineficiencias del mercado, permitiendo a los operadores maximizar sus ganancias.

El corazón de la acusación reside en el uso de la práctica de MEV, que se refiere a la capacidad de los validadores de una blockchain para influir en el orden y la inclusión de transacciones dentro de los bloques que confirman. En esencia, bots automatizados buscan en la mempool (el conjunto de transacciones pendientes) oportunidades de arbitraje. Al reordenar, insertar o incluso censurar transacciones, estos bots buscan optimizar sus beneficios. Los hermanos, gracias a sus profundos conocimientos en computación e ingeniería, identificaron una vulnerabilidad específica en el software MEV Boost, una herramienta ampliamente utilizada por los operadores de Ethereum.

Esta vulnerabilidad les permitió ejecutar una maniobra precisa: reordenar las transacciones dentro de un bloque y vender criptomonedas ilíquidas a precios artificialmente inflados a bots desprevenidos. La transacción, que duró apenas 12 segundos, resultó en una ganancia de $25 millones para los acusados.

Víctimas y evidencia de premeditación

La víctima principal de este sofisticado esquema fue Savannah Technologies, una firma israelí, que según los documentos judiciales, sufrió pérdidas de $13 millones. Su CEO, David Yakira, una autoridad reconocida en criptografía, está programado para testificar en el juicio. Los $12 millones restantes fueron sustraídos de traders anónimos.

Para fortalecer su argumento de la intención criminal, los fiscales han presentado como evidencia búsquedas web realizadas por Anton Peraire-Bueno, como “¿es peor la prisión o la cárcel?” y “dónde guardan los criminales los dólares”. Estas búsquedas sugieren una conciencia de la ilegalidad de sus acciones y una planificación previa.

La defensa: una zona gris y la ética de los bots

James y Anton Peraire-Bueno se han declarado no culpables, argumentando que sus acciones se enmarcan en un contexto no regulado de las criptomonedas. La defensa sostiene que los bots involucrados en los ataques sándwich ya habían asumido el riesgo al participar en estas prácticas depredadoras, y que los acusados simplemente “superaron a los bots en su propio juego”. Esta línea argumental sugiere que, si bien la acción fue ambiciosa, no constituyó un delito en un mercado donde la manipulación de transacciones es, hasta cierto punto, una práctica común.

La jueza Jessica Clarke ha permitido a la defensa presentar expertos para explicar el funcionamiento de los ataques sándwich al jurado, aunque con la condición explícita de no intentar “culpar a la víctima”. Un experto de la defensa, en un documento judicial, destacó un incidente en el que un bot gastó cerca de $5 millones intentando realizar un “sándwich” a una transacción de los hermanos, valorada en menos de $700. Este ejemplo busca ilustrar la naturaleza de alto riesgo y a menudo predatoria de las operaciones de los bots MEV.

Por su parte, los fiscales se esfuerzan por mantener el enfoque del jurado en la naturaleza delictiva de la acusación, buscando que el caso no se vea desviado por la compleja y a menudo polémica naturaleza de las prácticas de MEV. La acusación formal por parte del Departamento de Justicia se realizó en el mes de mayo.

El “Salvaje Oeste” de las criptomonedas y las implicaciones futuras

El juicio ha puesto de manifiesto la opacidad inherente al mundo del MEV. Si bien algunos defienden el MEV como una herramienta para mejorar la eficiencia del mercado, otros lo consideran una forma de manipulación que socava la equidad de las transacciones. Un informe, al que hace referencia Bloomberg, describe a menudo estas prácticas como parte del “Salvaje Oeste” de las criptomonedas, revelando que el 75% de los ataques sándwich son ejecutados por solo 20 cuentas, la mayoría operando bajo un anonimato significativo.

Las opiniones dentro de la comunidad cripto están divididas. Evan Van Ness, CIO de TXPool Capital, expresó su sorpresa ante la criminalización de las acciones de los hermanos, indicando que nunca consideró que dichas prácticas pudieran ser ilegales. Matt Cutler, CEO de Blocknative Corp, señaló que los hermanos explotaron una vulnerabilidad técnica, actuando dentro de las reglas implícitas de la red, aunque la moralidad de sus acciones sea discutible. Sin embargo, Dankrad Feist, investigador de la Ethereum Foundation, manifestó una postura más crítica, argumentando que “robar a un ladrón sigue siendo robo”, enfatizando la necesidad de establecer límites éticos claros.

Slava Demchuk, director ejecutivo de la empresa de cumplimiento AMLBot, destacó la “zona gris” legal en la que se inscribe este caso, subrayando cómo la falta de una regulación clara en el espacio cripto complica la interpretación de tales actos. Este juicio no solo arrojará luz sobre las prácticas de MEV, sino que también podría establecer precedentes legales importantes para el sector. En un mercado que muchos perciben como caótico, el veredicto podría significar un punto de inflexión, definiendo los límites de las estrategias comerciales y el futuro de la regulación en el comercio de criptomonedas.