El impacto transformador de los algoritmos en el streaming de video
En los últimos quince años, la industria del streaming de video ha experimentado una profunda transformación, impulsada principalmente por la evolución de los sistemas de recomendación. Lo que comenzó con el algoritmo de tiempo de visualización de YouTube, se perfeccionó con el análisis de grandes volúmenes de datos de Netflix para maximizar las sesiones de visualización, y alcanzó una nueva cúspide con plataformas como TikTok, Instagram Reels y YouTube Shorts. Estas plataformas han logrado capturar cada microinteracción del usuario –desde deslizamientos y pausas hasta omisiones– para optimizar la retención de la audiencia. Sin embargo, esta precisión algorítmica viene con un costo significativo.
Los algoritmos actuales no solo ‘recomiendan’ contenido; en realidad, moldean activamente las preferencias del usuario. La investigación conductual demuestra que la exposición repetida y los ciclos de recompensa condicionan los hábitos de visualización. En este escenario, el contenido deja de ser valorado por su profundidad o creatividad. La métrica imperante es el engagement, que favorece ganchos sensacionalistas y narrativas ágiles por encima de historias más complejas y matizadas. Esta optimización desmedida para la retención tiene consecuencias adversas, especialmente para los creadores de contenido.
La crisis de los creadores: agotamiento y homogeneización
Para los creadores, los algoritmos se han convertido en un guardián implacable. El éxito depende menos de la originalidad y más de la capacidad de descifrar señales opacas: la duración del gancho, la frecuencia de publicación o los umbrales de retención. Numerosas encuestas revelan que la presión de ‘jugar con el feed’ está generando un agotamiento generalizado en la comunidad creativa.
Un informe de Awin/ShareASale de 2022 sobre el agotamiento de los creadores (Creator Burnout Report) reveló que el 72 % de los creadores experimentaron agotamiento directamente vinculado a las exigencias algorítmicas. Esta cifra fue corroborada en actualizaciones de 2024 de MarTechEdge, donde los encuestados reportaron una pérdida de la alegría en el proceso creativo, estrategias de contenido formularias y un deterioro en su bienestar general.
El impacto económico no es menos severo. Grandes estudios, respaldados por franquicias basadas en propiedad intelectual, dominan la distribución en las plataformas, mientras que los creadores de nivel medio luchan por obtener visibilidad. La cantidad es recompensada por encima de la calidad, lo que conduce a un panorama de contenido homogéneo, con poco espacio para la experimentación y la innovación auténtica.
El desafío de la IA generativa y la regulación
El siguiente gran reto proviene de la inteligencia artificial generativa. La capacidad de producir video, audio e imágenes sintéticas de forma masiva y a un costo cercano a cero amenaza con inundar los feeds con un contenido ‘basura’ indiferenciado. Expertos de WIRED advierten que este volumen podría asfixiar a los creadores humanos, haciendo que su trabajo pase desapercibido.
Los reguladores ya están tomando nota de esta situación. La Ley de IA de la Unión Europea, por ejemplo, introduce requisitos de transparencia y marcas de agua para el contenido sintético. Plataformas como TikTok y YouTube están bajo escrutinio por sus sistemas de recomendación. En Estados Unidos, el debate en torno a la posible desinversión de TikTok subraya cómo la distribución algorítmica ha transcendido de ser un problema cultural a convertirse en una cuestión geopolítica. Sin una curación transparente, el riesgo es doble: los creadores pierden visibilidad y las audiencias enfrentan una relación señal-ruido cada vez más precaria.
P2P y tokenización: los pilares de una economía creativa sostenible
Mientras que las plataformas tradicionales se han optimizado para la retención, el desafío actual es optimizar para la propiedad de los creadores. Al combinar infraestructuras peer-to-peer (P2P) con incentivos basados en tokens, es posible reconstruir los modelos de distribución, monetización y gobernanza sobre cimientos que prioricen la resiliencia y la autonomía del creador. Este enfoque descentralizado aborda tres aspectos clave:
Distribución descentralizada
La distribución ya está siendo reinventada a través de protocolos descentralizados como Livepeer. Estas soluciones reducen la dependencia de servidores centralizados y feeds algorítmicos. Los nodos operados por la comunidad gestionan el cómputo de video, eliminando los sistemas de clasificación opacos que dictan la visibilidad en las plataformas convencionales. Esto permite una mayor transparencia y equidad en cómo se distribuye el contenido.
Monetización directa y transparente
La monetización también está experimentando un cambio significativo en plataformas como Audius, donde los artistas reciben pagos directos de los fans. Los incentivos basados en tokens alinean la compensación con el compromiso genuino de la comunidad, en lugar de depender únicamente del tiempo de visualización impulsado por la publicidad. Este modelo empodera a los creadores al permitirles construir relaciones más directas y sostenibles con su audiencia.
Gobernanza comunitaria
La gobernanza en sistemas descentralizados se transforma mediante la votación ponderada por tokens y la curación comunitaria. Esto otorga a las audiencias un rol activo en la configuración del descubrimiento de contenido y la moderación. El poder se traslada de las decisiones unilaterales de las plataformas a una gobernanza compartida, donde la comunidad tiene voz y voto en el futuro de la plataforma.
Flixxo, una plataforma lanzada en Argentina en 2016, ya ha demostrado cómo se puede aplicar este modelo. Su Ticket 3.0 NFT permitió el acceso financiado por la comunidad a la película Bull Run. Este experimento puso de manifiesto tanto el potencial como los puntos de fricción: aunque se demostró la viabilidad de nuevos modelos de financiación, la escalabilidad, la incorporación de usuarios y la claridad regulatoria siguen siendo desafíos clave para el streaming basado en la Web3.
Hacia una economía de creadores sostenible
El futuro de la economía de creadores dependerá de si se sigue priorizando la optimización del engagement a corto plazo, o si se reconstruyen sistemas que promuevan la propiedad y la profundidad creativa. Si la distribución y los mecanismos de ingresos permanecen centralizados, los creadores seguirán supeditados a las exigencias del feed, en lugar de crear para su público.
Sin embargo, si se logra descentralizar la infraestructura subyacente, los creadores podrán recuperar su autonomía, las audiencias podrán descubrir contenido más allá de las burbujas algorítmicas, y la narración de historias podrá recobrar su significado cultural. Si la última década se centró en la ingeniería del engagement, la próxima debe estar dedicada a la ingeniería de la propiedad, empoderando a los creadores y redefiniendo la relación entre contenido, audiencia y plataforma en la era digital.