Christian Catalini, uno de los co-creadores del proyecto Libra de Meta, ya desaparecido, ha expresado sus preocupaciones sobre la iniciativa Tempo de Stripe. Según Catalini, este modelo empresarial de blockchain no cumple con uno de los principios fundamentales del movimiento cripto: la descentralización. Si Tempo de Stripe logra un éxito comercial significativo, Catalini sugiere que los pioneros del sector cripto deberían reconsiderar un futuro donde la visión original de la descentralización podría verse comprometida. Para ilustrar su punto, Catalini recurrió al caso de Libra y su eventual interrupción.
El enigma de Libra: aciertos y desaciertos
Catalini destacó en su publicación que, en las industrias tecnológica y financiera, anticiparse demasiado al mercado puede equipararse a un error. Reflexionando sobre Libra, el proyecto de stablecoin que contribuyó a diseñar dentro de Meta (anteriormente Facebook), admitió: "Mirando hacia atrás a Libra, el proyecto de stablecoin que ayudé a diseñar dentro de Meta, puedo confirmar que no solo nos adelantamos; también estábamos cómicamente, espectacularmente equivocados".
No obstante, la anticipación no fue el único factor que contribuyó al fracaso de Libra. Catalini también mencionó la "arrogancia de Silicon Valley, es decir, la creencia de que un código elegante puede simplemente eliminar siglos de regulación financiera". Adicionalmente, la estrategia de marketing agresiva de Facebook para Libra no solo incrementó su visibilidad, sino que también proporcionó material a sus detractores.
Contrario a la percepción común, Catalini recalcó que Libra no fracasó por no cumplir con las normativas. Por el contrario, afirmó que "la realidad es que estábamos a punto de convertirnos en el proyecto cripto más pulcro y amigable con los reguladores del planeta". Esto sugiere que los desafíos de Libra trascendían la mera adhesión regulatoria, apuntando a complejidades intrínsecas a su diseño y a la reacción del ecosistema.
Desafíos de las blockchains empresariales centralizadas
Catalini planteó que "el problema con las cadenas corporativas como Tempo no es una cuestión de código, sino de incentivos. Ya conocemos el guion". Esta declaración subraya una preocupación recurrente en el ámbito de las blockchains desarrolladas por empresas. El patrón suele ser el siguiente: una compañía tecnológica lanza una blockchain con promesas generales de equidad y transparencia. Sin embargo, una vez que alcanzan una cuota de mercado considerable, la tentación de manipular las condiciones a su favor se vuelve casi irresistible.
En este sentido, Catalini enfatiza que "el propósito de las criptomonedas es romper este ciclo de promesas incumplidas". Añadió que "es la misma verdad económica fundamental que identificamos en el MIT hace casi una década: lo único que realmente separa a las criptomonedas de los sistemas que pretende reemplazar es que no requieren permisos". Esta característica de "permissionless" (sin permisos) permite a cualquier usuario participar o construir sobre la red sin la aprobación de una autoridad centralizada.
El caso de Libra: un precedente de centralización
Los ingenieros de Libra tomaron la decisión de sacrificar el aspecto sin permisos de la red. Además, tuvieron que abandonar la implementación de carteras no custodiadas (non-custodial wallets) debido a las objeciones de los reguladores. Estos últimos necesitaban un referente para asignar responsabilidades o imponer multas en caso de problemas, lo que revela la tensión entre la autonomía del usuario y las exigencias regulatorias.
Catalini explicó: "Un mundo donde los usuarios controlan verdaderamente su propio dinero es desordenado, sin fronteras y no encaja en ese modelo tradicional. Para ellos, eliminar la auto-custodia no fue una elección, sino una necesidad obvia basada en las herramientas que entendían". Esta postura demuestra cómo las regulaciones existentes y la infraestructura financiera tradicional pueden chocar con los principios de las criptomonedas, forzando la toma de decisiones que comprometen la descentralización en favor del cumplimiento.
El impacto de Tempo en el futuro del ecosistema cripto
Según Catalini, si las blockchains corporativas como Tempo de Stripe o Arc de Circle prosperan, esto podría implicar que "el experimento de las criptomonedas no fue una revolución, sino un golpe fallido". Argumenta que, aunque la tecnología subyacente sería distinta, la estructura de mercado resultante se mantendría "extrañamente familiar".
Catalini lo describe como un "cambio de reyes mientras el trono permanece igual", donde gigantes fintech reemplazarán las actuales redes de tarjetas e instituciones financieras. Además, especula que es probable que los mercados, tanto en Occidente como en Oriente, sean controlados por al menos dos "imperios" rivales. Esto sugiere una oligopolización del espacio de las finanzas descentralizadas, erosionando la visión de un sistema equitativo y abierto.
El peso del timing y la regulación
Catalini considera que si el declive de Libra se debió completamente a un mal momento, el éxito de Tempo sería casi inevitable, dadas las significativas transformaciones en la postura regulatoria global. En este escenario, "los soñadores originales del mundo cripto podrían tener que aceptar, finalmente, una realidad más pragmática y centralizada". Sin embargo, lanza una advertencia crucial:
"Pero si el fantasma de Libra es una advertencia sobre una verdad fundamental, que cualquier sistema con un único arquitecto está construido sobre un defecto fatal, entonces Stripe no está escribiendo una historia nueva. Simplemente está escenificando una secuela entretenida y muy costosa".
Esta perspectiva resalta la importancia de la arquitectura fundamental, argumentando que la descentralización no es solo un ideal, sino una salvaguarda contra la manipulación y la concentración de poder. En este contexto, el éxito de Tempo no solo redefiniría el panorama de las criptomonedas, sino que también plantearía preguntas fundamentales sobre el verdadero propósito y la dirección de la innovación en este sector.